Una madre en Nueva Zelanda que asesinó a sus dos hijos y escondió sus cuerpos en maletas fue sentenciada a cadena perpetua.
Hakyung Lee, quien fue declarada culpable en septiembre por los impactantes asesinatos de Yuna Jo, de ocho años, y Minu Jo, de seis, deberá pasar al menos 17 años en la cárcel antes de poder solicitar la libertad condicional.
Lee, de 45 años, alegó que estaba loca en el momento de los crímenes en 2018, que ocurrieron poco después de que su esposo muriera. El juez de la Corte Superior, Geoffrey Venning, dijo que la salud mental de Lee influyó en el caso, pero que sus acciones fueron calculadas.
Los restos de los niños fueron descubiertos recién en 2022 por una pareja que ganó una subasta por el contenido de una unidad de almacenamiento abandonada en Auckland.
Durante un juicio que duró más de dos semanas, los abogados defensores de Hakyung Lee dijeron al tribunal que su salud mental empeoró después de la muerte de Jo, y que llegó a creer que era mejor si el resto de la familia moría junta.
Lee intentó suicidarse y matar a sus hijos dándoles una dosis del antidepresivo nortriptilina mezclado en jugo, pero se equivocó en la dosis y despertó para encontrar a sus hijos muertos, según sus abogados.
Los fiscales argumentaron que el acto de Lee fue "un acto egoísta para liberarse de la carga de criar sola".
Después de los asesinatos, Lee cambió su nombre y se fue de Nueva Zelanda. Fue arrestada en Corea del Sur -donde nació- en septiembre de 2022, y extraditada de vuelta a Nueva Zelanda más tarde ese año.
El miércoles, el tribunal escuchó cómo los asesinatos afligieron a las familias de Lee y de su esposo, Ian Jo.
En una declaración emocional leída por los fiscales, la madre de Lee, Choon Ja Lee, dijo que se arrepiente de no haber llevado a su hija a un consejero, señalando que Lee "no tenía ganas de vivir" después de que Jo muriera de cáncer en noviembre de 2017.
"Si ella quería morir, ¿por qué no murió sola? ¿Por qué se llevó a los niños inocentes con ella?", escribió Choon Ja Lee, según informes de medios neozelandeses.
El hermano de Jo, Jimmy, dijo que "nunca imaginó que una tragedia tan profunda le ocurriría a nuestra familia".
Su propia madre -la otra abuela de Yuna y Minu- todavía no sabe que están muertos, dijo.
"Era la voluntad de mi difunto hermano que yo los protegiera", dijo Jimmy Jo. "Esta es una condena continua de la cual nunca podré ser puesto en libertad".
Es probable que Lee sufriera de una "depresión atípica" y una reacción de duelo prolongado en el momento de los asesinatos, según una evaluación psiquiátrica realizada antes de la sentencia, informó la emisora local RNZ.
El juez Venning ordenó que Lee sea tratada como una "paciente especial" durante su encarcelamiento, dada su estado mental.
"No pudiste enfrentarlo cuando [tu esposo] se enfermó gravemente, y quizás no podías soportar tener a los niños cerca como un recordatorio constante de tu anterior vida feliz, que te había sido arrebatada cruelmente", dijo el juez.
