Los casos de acoso escolar y agresión física se han disparado en los colegios de Baleares desde el comienzo del presente curso escolar. Rafel Covas, coordinador regional del servicio de policía tutor, ha convocado una reunión extraordinaria de los coordinadores de zona para analizar la situación y esbozar las posibles causas.
“A la espera de confirmar cuántos de los partes corresponden verdaderamente a casos de *bulling, nuestra impresión es que ha sido un inicio de curso muy conflictivo en lo que a violencia y hostigamiento se refiere. Muchos centros nos transmiten que está siendo difícil. No sabemos qué sucedió este verano, pero tenemos chicos y chicas más agresivos y violentos.”
Esta tendencia general y preocupante se ha visto subrayada por un caso concreto en un instituto de Calvià, donde cuatro estudiantes de Bachillerato han sido expulsados por acoso homófobo. Se trata de un caso que se califica de especialmente inusual, dado que el acoso por parte de alumnado de esta edad —prácticamente mayores de edad— es poco frecuente. Mayoritariamente, este se produce entre jóvenes de once y doce años.
Existen dos municipios donde el problema resulta particularmente llamativo; los policías tutores han tenido que intervenir en más incidentes en dos meses que en todo el año académico anterior. El ministerio de educación cuenta con un organismo denominado Convivèxit, que se ocupa de los posibles casos. Se registraron 887 en el curso 2023/2024, de los cuales solo en torno a un veinte por ciento fueron confirmados.
Covas añade que el problema no se limita a los colegios. Los agentes tutores reciben un número creciente de denuncias por acoso en el ámbito deportivo, especialmente en el fútbol, pero también en otros deportes de equipo. Las víctimas son siempre las mismas. Apunta que, en cambio, esto no sucede con el tenis, por ejemplo.
Manifiesta una preocupación especial por el incremento de incidentes en los colegios de primaria. “Los problemas se han disparado. Antes eran centros pacíficos. Ahora nos encontramos con conflictos graves y con padres que no ayudan en absoluto. Al contrario, sobreprotegen a sus hijos y defienden lo indefendible. Los progenitores de los agresores, en lugar de aliarse con el colegio, llaman inmediatamente a un abogado. ¿Qué les estamos enseñando a nuestros hijos?”
