Netflix: Un documental sobre Selena que celebra su vida extraordinaria

Las trágicas circunstancias alrededor de la muerte de Selena Quintanilla son bien conocidas. En 1995, cuando estaba a punto de lograr un gran éxito en la música pop estadounidense, la Reina de la Música Tejana de 23 años fue asesinada por una de sus empleadas, Yolanda Saldívar.

La vida de Selena ya ha sido contada de muchas formas, incluso en una película, un musical y una serie de podcast. Sin embargo, el conmovedor documental de Netflix, *Selena y Los Dinos: El Legado de una Familia*, es la mirada más empática y personal sobre su vida y carrera hasta la fecha. Trabajando junto con la familia de Selena, quienes gentilmente abrieron su archivo de fotos raras y videos caseros y dieron largas entrevistas, la directora Isabel Castro usa recuerdos íntimos y fuentes primarias para trazar el ascenso de la artista.

Con un talento natural para el canto, Selena creció liderando una banda familiar organizada por su padre, Abraham Quintanilla Jr, quien también fue músico de Tejano; en el documental, vemos a Selena de niña, cantando baladas y canciones alegres en el escenario con su hermano AB (bajista) y su hermana Suzette (batería).

Selena y Los Dinos, como se llamaban, rápidamente se convirtió en un proyecto musical profesional. En un clip de mediados de los 80, Selena – ya una adolescente con un corte de pelo a la moda – intenta poner buena cara al hablar de los sacrificios que hizo por la banda. “Tengo muchos amigos, pero como no voy al colegio, nunca los puedo ver”, le dijo a un periodista, mientras su fachada alegre se quebraba. “Casi que he perdido contacto con ellos.”

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El documental tambien toca otros desafíos que enfrentó el grupo, como que la leyenda del Tejano Luis Silva se negó a darle canciones a la banda para grabar, o como Selena trabajó para volverse fluida en español para ampliar su audiencia musical. (Las imágenes de un concierto en México a mediados de los 80, donde el grupo recibió una recepción fría, fueron especialmente desgarradoras.) En otros momentos espontáneos, donde Selena se ve cansada o pensativa durante los ensayos, vemos el costo de este trabajo duro.

Pero a través de videos inéditos, Castro también muestra las alegrías de la vida de Selena: cómo se convirtió en una presencia magnética en vivo y una futura estrella del pop (una actuación animada del éxito de Debbie Gibson, *Only in My Dreams*, es vibrante), firmó un contrato discográfico importante y finalmente ganó un premio Grammy. Vemos momentos de Selena riendo y haciendo tonterías con su banda y familia durante las giras, tan normal como cualquier adolescente. Y, lo más conmovedor, la vemos crecer fuera del escenario y convertirse en una adulta joven – concretamente, cumpliendo su sueño de ser diseñadora de moda y escapándose para casarse con su compañero de banda, Chris Pérez.

En su momento, este romance causó tensión personal y profesional porque su papá no aprobaba la relación. El documental reconoce este conflicto, pero el tiempo ha suavizado el recuerdo de estos desacuerdos. En sus entrevistas, Pérez es una presencia particularly serena que habla con cariño de Selena y su matrimonio, incluso leyendo una carta de amor que ella le escribió.

Castro también maneja la discusión sobre la muerte de Selena de una manera hábil y sensible. Su asesina es mencionada solo brevemente; en cambio, la película combina imágenes de noticias de la época con los recuerdos actuales de la familia. Las primeras ilustran la magnitud de la fama de Selena y el impacto que tuvo en sus fans, y las últimas entrevistas son desgarradoras, pues está claro que el dolor de la familia sigue vivo, y el sufrimiento de perder una hija (y hermana) de manera tan violenta aún perdura.

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Cerca del final de la película, la narrativa salta al presente. Castro filma al padre de Selena en la recepción del museo de Selena en Corpus Christi, Texas. Se lo ve estoico, aunque un poco triste, observando a los fans entrar con reverencia al espacio lleno de artefactos para admirar sus trajes y premios. “Me hace sentir bien ver cuánta gente la ama, hasta el día de hoy”, se le cita diciendo, mientras su mamá, Marcella Quintanilla, agrega en voz en off: “Le quitaron la vida, pero nosotros la vamos a mantener viva a través de su música.”

Selena sí logró su éxito de cruce al pop mainstream de Estados Unidos, aunque póstumamente: su álbum debut en inglés, *Dreaming of You* de 1995, llegó al número 1 en el Billboard 200 y la canción que le da título se convirtió en un sencillo dentro del top 40. En las décadas desde entonces, *Dreaming of You* se ha convertido en su canción signature, un estándar pop querido y atemporal que ha asegurado su legado.

Muchos documentales sobre músicos fallecidos tienden a lionizar a su sujeto o a inclinarse por momentos muy sentimentales. Pero *Selena y Los Dinos* es un ejemplo brillante de cómo mostrar las complejidades de una historia tremendamente triste y ir más allá de los titulares sensacionalistas. Al enfocarse en la vida y carrera vibrante de Selena, tenemos una comprensión más profunda de lo que el mundo perdió con su muerte, pero también de quién era ella en vida: una presencia radiante con un potencial sin límites.