Multa de 500 euros por cambiar de carril indebidamente

Vehículos circulan por una carretera de montaña con un paisaje espectacular en el norte de España.
Crédito: WH_Pics, Shutterstock

Cualquier persona que conduzca en España conoce la sensación. Estás atrapado en el carril central, el tráfico avanza a paso de tortuga y se abre un pequeño hueco a tu derecha. Actúa el instinto: cambio rápido de carril, adelantarse un poco… ¿qué mal hay?

Pues bien, según la DGT –la Dirección General de Tráfico–, el perjuicio puede ser grave. Tan grave, de hecho, que lo que muchos conductores perciben como un “avance inofensivo” ahora se considera oficialmente una maniobra peligrosa. Y si te pillan haciéndolo, puedes enfrentarte a una multa de 500 euros y la pérdida de seis puntos del carnet de conducir.

Las autoridades afirman que no se trata de castigar la impaciencia, sino de abordar un problema creciente que está poniendo vidas en riesgo.

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Por qué un simple cambio de carril se ha vuelto tan relevante

La DGT ha detectado un aumento en conductores que serpentean entre carriles solo para ganar unos metros. No se refieren a un adelantamiento necesario o a una incorporación clara a una salida. Hablan de aquellos que zigzaguean en el tráfico únicamente para avanzar posiciones.

Es fácil de reconocer: un vehículo se mueve de izquierda a derecha, obligando a los demás a ajustar la velocidad o frenar bruscamente. Y en ese instante, el riesgo se dispara. La circulación depende de la previsibilidad –la expectativa de que el resto de los conductores se comportará de manera lógica–. Cuando alguien empieza a moverse como una bola de pinball, esa previsibilidad desaparece.

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Hasta el más mínimo error de cálculo puede desencadenar un efecto dominó. Un frenazo que llega un poco tarde, un conductor que mira la radio, una pequeña distracción –y, de repente, la situación entera puede volverse peligrosa.

La DGT describe el zigzagueo como una fuente directa de estrés en la carretera. La tensión hace que las personas actúen de forma impulsiva, y cuando las decisiones impulsivas ocurren a 120 km/h, las consecuencias pueden ser graves.

Cuando la impaciencia se convierte en conducción temeraria

Por supuesto, las carreteras en España están congestionadas. Quien haya circulado por la A-7 un fin de semana de verano sabe que los ánimos y los termómetros suben al unísono. Pero la DGT insiste en que la seguridad es lo primero –y algunos conductores están sobrepasando el límite.

Si un cambio de carril pone a otros en riesgo real, si un conductor se fuerza en un hueco que simplemente no existía, o si se aproxima de forma peligrosa al carril contrario, las autoridades lo clasifican como conducción temeraria. Y es entonces cuando entra en juego la multa de 500 euros, junto con esos seis preciados puntos del permiso.

El mensaje es claro: se puede causar daño mucho antes de llegar a tocar otro vehículo.

Las carreteras españolas están siendo vigiladas más que nunca. Las cámaras y los patroles prestan especial atención a los cambios agresivos de carril –aquellos que se realizan sin aviso, sin intermitente y sin más justificación que la inquietud.

La DGT afirma que esto forma parte de un esfuerzo mayor para reducir los accidentes vinculados a comportamientos impulsivos. Dado que la siniestralidad vial sigue siendo una preocupación principal, se espera que la campaña se intensifique.

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Un recordatorio para respirar hondo y reducir la velocidad

Si hay algo que la DGT desea que los conductores recuerden, es que llegar seguro a un destino importa más que llegar rápido. A nadie le gusta permanecer en una cola de coches, pero zigzaguear rara vez ahorra el tiempo que uno cree. A menudo, el mismo coche que adelantaste con esfuerzo acaba justo a tu lado en el próximo cruce.

Los expertos en tráfico nos recuerdan que la paciencia –junto con el uso correcto de los intermitentes y mantener la distancia de seguridad–, en realidad, contribuye a una circulación más fluida para todos. El pánico al volante solo genera más caos.

Así que la próxima vez que sientas la tentación de cambiarte de carril por una mínima ventaja, la jugada más segura quizá sea la más simple: mantente en tu carril. Llegarás sin problema y evitarás una sanción que, sin duda, no mejorará tu día.

Porque si hay algo peor que avanzar a rastras en un atasco… es hacerlo sabiendo que acabas de perder 500 euros y seis puntos del carnet por el simple privilegio de intentarlo.

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