La política de visados estadounidense, escrutinio tras filtración de directriz de Trump.
Crédito: Mehaniq, Shutterstock
Un documento filtrado del Departamento de Estado ha revelado una controvertida política migratoria bajo la administración de Donald Trump que podría conducir a la negación de visados a extranjeros con sobrepeso.
Según la directriz, se insta a los oficiales consulares a considerar la obesidad como una condición médica que podría tornar “inadmisibles” a los solicitantes si su atención sanitaria a largo plazo supusiese una carga financiera para los Estados Unidos.
La filtración, que ya ha generado rechazo internacional, se produce en el marco del renovado impulso de Trump para endurecer las leyes de inmigración desde su regreso a la Casa Blanca.
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La obesidad, listada entre las afecciones médicas “costosas”
El memorándum del Departamento de Estado incluye la obesidad junto a una extensa lista de problemas médicos, como la diabetes, el cáncer, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y ciertas condiciones de salud mental.
Instruye a los funcionarios a preguntar si el solicitante cuenta con los recursos financieros para cubrir el coste potencial de su atención médica “durante toda su esperanza de vida” sin depender de asistencia gubernamental.
Los expertos en salud afirman que este enfoque podría penalizar injustamente a millones de personas. Señalan que la obesidad a menudo está vinculada a afecciones como el asma, la hipertensión arterial y la apnea del sueño, todas las cuales pueden requerir tratamientos costosos.
Los críticos han tachado la directriz de discriminatoria y carente de rigor científico, argumentando que juzga el valor de una persona por su peso.
No obstante, la Casa Blanca defiende la medida. Tommy Pigott, portavoz de Trump, declaró al Daily Mail: “No es ningún secreto que la administración Trump prioriza los intereses del pueblo estadounidense. Esto incluye aplicar políticas que garanticen que nuestro sistema de inmigración no sea una carga para el contribuyente americano.”
Parte de una restricción migratoria más amplia
La nueva normativa se aplica únicamente a visados de inmigrante –para aquellos que buscan residencia permanente– y no a visados de visitante de corta duración.
Aun así, se enmarca perfectamente en la agenda migratoria más amplia de Trump. Desde su regreso al cargo, ha implementado una serie de medidas duras, desde el aumento de las tasas de visados de trabajo hasta 100.000 dólares anuales hasta el restablecimiento de prohibiciones generalizadas de viaje.
El cargo de 100.000 dólares afecta a empresas que patrocinan visados H-1B, típicamente utilizados para traer trabajadores altamente cualificados. Trump afirma que esto asegura que solo “la mejor y más comprometida gente” venga a Estados Unidos. Los críticos, sin embargo, advierten de que podría alejar precisamente al talento del que depende la economía estadounidense.
Añadiendo a la controversia, un nuevo esquema de visado “tarjeta dorada” acelerará la residencia para extranjeros adinerados dispuestos a realizar lo que el gobierno denomina un “regalo financiero significativo” a EE.UU. Se prevé la emisión anual de hasta 80.000 de estos visados de élite.
La administración insiste en que estas políticas versan sobre seguridad, no sobre discriminación. “Reevaluamos constantemente nuestro sistema de visados para asegurar que los extranjeros cumplan nuestras leyes y no se conviertan en una carga para los contribuyentes”, declaró un alto funcionario del Departamento de Estado.
Crece el rechazo por la “discriminación médica”
Grupos de derechos humanos y expertos en salud pública han condenado la “normativa del visado por obesidad” como una de las propuestas migratorias más extremas jamás introducidas por una administración estadounidense.
“Este tipo de política reduce a las personas a una etiqueta médica”, afirmó una abogada defensora de los derechos de inmigrantes. “Ignora los complejos factores sociales y genéticos detrás de la obesidad y trata la salud como un fallo moral.”
Expertos médicos también cuestionaron si dichas medidas tendrían un impacto mensurable en el sistema sanitario estadounidense, calificando el vínculo entre inmigración y costes médicos a largo plazo de “groseramente exagerado”.
Con Trump de vuelta en el cargo y endureciendo la inmigración una vez más, el mundo observa atentamente para ver si esta nueva “normativa del visado por obesidad” prevalecerá – o si la presión internacional forzará otro giro.
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