La Administración Trump Omite la Cumbre Climática COP30, Dejando a Newsom de California Lanzando Críticas desde Brasil

En Belém, la puerta de entrada brasileña a la selva amazónica, líderes de casi 200 países se han reunido para la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como la COP30, para planificar los próximos pasos difíciles en la lucha global contra el cambio climático. Sin embargo, la ausencia de los líderes de los tres mayores emisores de gases de efecto invernadero —China, Estados Unidos e India— ha echo sombra sobre la cumbre desde su inicio.

Pekín y Nueva Delhi sí enviaron delegaciones de alto nivel para la cumbre de dos semanas. No obstante, la Casa Blanca dijo que ningún funcionario estadounidense de alto nivel asistiría a la COP de este año. El presidente Trump ha calificado repetidamente al cambio climático causado por el hombre como “un engaño”.

Dos gobernadores demócratas, Gavin Newsom de California y Michelle Lujan Grisham de Nuevo México, estaban en Brasil para asistir a la cumbre, representando los esfuerzos estadounidenses a nivel estatal para reducir las emisiones.

“¿Qué diablos está pasando aquí?”, preguntó Newsom en una cumbre de inversionistas globales en São Paulo el lunes, donde lanzó una crítica característica contra la administración Trump. “Estamos en Brasil, uno de nuestros grandes socios comerciales, una de las grandes democracias del mundo. Hogar de todas las tierras raras que necesitamos. Este es el país con el que deberíamos estar cooperando, no imponiendo aranceles del 50%”.

El gobernador de California, Gavin Newsom, responde preguntas en los márgenes de la COP30 en Belem, Brasil, el 11 de noviembre de 2025.

MAURO PIMENTEL/AFP/Getty

Hace diez años, 195 naciones que participaban en la cumbre COP21 firmaron el histórico Acuerdo de París, con la intención de comprometer a las naciones individuales a tomar medidas que, colectivamente, limitarían el aumento de la temperatura global promedio a “muy por debajo” de los 2 grados Celsius. El objetivo del acuerdo, que firmó la administración Obama, era realizar esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales.

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Esa meta ahora parece inalcanzable.

Según los planes nacionales presentados este año, el planeta está en camino de calentarse aproximadamente 2.5°C durante este siglo. La temperatura superficial promedio de la Tierra en 2024 fue la más alta desde que comenzaron los registros en 1880, y los últimos 10 años han sido todos entre los más cálidos jamás observados.

Aún así, Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de Cambio Climático de la ONU, les dijo a los delegados en Brasil esta semana que después de tres décadas de conversaciones, “ahora estamos doblando la curva de las emisiones que calientan el planeta hacia abajo — por primera vez”.

“No lo estoy endulzando”, se apresuró a añadir Stiell. “Tenemos mucho más trabajo por hacer”.

Un nuevo análisis de la ONU publicado esta semana muestra que, si se cumplen los compromisos nacionales actuales, las emisiones globales deberían caer aproximadamente un 12% para 2035 en comparación con los niveles de 2019. Eso es una mejora respecto a la proyección del mes pasado del 10%, pero aún está muy lejos de la reducción del 60% que los científicos dicen que se necesitaría para mantener el calentamiento dentro del objetivo de 1.5°C del Acuerdo de París.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha estado presionando para una acción más fuerte, advirtiendo que superar el límite de 1.5°C ahora parece casi inevitable y calificándolo como un “fracaso moral” y una “negligencia mortal” que pone en riesgo la vida de miles de millones de personas.

Proyecciones son mostradas en un edificio de apartamentos durante una manifestación en defensa de la región amazónica, en el día inaugural de la COP30 en Belem, Brasil, el 10 de noviembre de 2025.

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A pesar de las bajas expectativas de avances importantes, se espera ampliamente que las delegaciones en la COP30 actualicen los compromisos nacionales para reducir las emisiones en la próxima década.

También se esperaba que saliera de la reunión de dos semanas una iniciativa liderada por Brasil para recaudar $125 mil millones para la protección de las selvas tropicales, junto con un renovado escrutinio a las compañías de combustibles fósiles — a las que Guterres acusó de “frenar el cambio” mientras obtienen ganancias récord y subsidios gubernamentales.

También es probable que haya más presión sobre los gobiernos de las naciones ricas para que ayuden a financiar adaptaciones climáticas en todo el mundo, para ayudar a los países en desarrollo a mitigar los impactos de un planeta que se calienta.

En la COP29 del año pasado en Bakú, Azerbaiyán, los países acordaron una meta aspiracional de movilizar $1.3 billones anuales para 2035, esperándose que al menos $300 mil millones provengan de economías en desarrollo.

Sin embargo, los datos públicamente disponibles sobre cuánto financiamiento climático se ha entregado desde entonces siguen siendo escasos, y ese podría ser un punto clave de discusión para los negociadores reunidos en Belém.