Momentos Clave de la Historia de España: La Batalla de Trafalgar

Un episodio crucial de la historia mundial se desarrolló —un momento cuyo 220 aniversario acaba de conmemorarse.

La Batalla de Trafalgar, librada entre la Marina Real británica y las flotas combinadas de Francia y España el 21 de octubre de 1805, selló el futuro de Europa en una época en la que Europa era lo único que importaba en el mundo (al menos para la mirada local). MICHAEL COY desentierra 12 datos sorprendentes de este legendario encuentro.

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Trafalgar fue un asunto español

La flota británica interceptó su objetivo frente a la costa de Andalucía mientras las flotas francesa y española zarpaban de Cádiz. El plan de Napoleón era transportar esta vasta fuerza naval al Canal de la Mancha para despejar el camino hacia la invasión de Gran Bretaña. Impedir que los buques alcanzaran las aguas del norte fue crucial para evitarlo.

La batalla se desarrolló a cámara lenta

En la era de la vela, el viento lo era todo. Aquel día, el viento estaba casi en calma. La orden de ataque de la flota británica se dio a las 6 de la mañana, pero transcurrieron otras seis horas hasta que los navíos derivaron lo suficiente como para abrir fuego.

Combate cuerpo a cuerpo

Mientras los buques de guerra modernos pueden enfrentarse al enemigo a 30 kilómetros de distancia usando radar, aviones, drones y misiles, el combate en 1805 era un asunto brutal en el que los barcos se aproximaban físicamente y disparaban a quemarropa hasta que uno de los bandos se rendía.

Balas de cañón, no explosivos

Por aquel entonces, los proyectiles explosivos eran desconocidos. Los británicos disparaban balas sólidas —esferas de hierro o piedra— destinadas a batir al enemigo hasta someterlo. La estrategia era simple: destrozar el barco hasta que claudicara.

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Se esperaba que los oficiales lideraran con el ejemplo

Se esperaba que los oficiales de la Marina Real exhibieran una calma inquebrantable. A menudo se les veía paseando con despreocupación por el alcázar, discutiendo tácticas a la vista de sus hombres, proyectando un aire de *despreocupasión* para inspirar a la tropa.

Los oficiales eran blancos prioritarios

En batalla, los oficiales con sus distintivas casacas azules eran blancos fáciles para los tiradores enemigos apostados en el aparejo. Eliminar a los oficiales ‘cegaba’ efectivamente al buque, dejándolo acéfalo y desorientado.

La herida mortal de Nelson

Alrededor de la 1:30 p. m., el comandante británico Lord Nelson recibió un disparo en la espalda. Dada la medicina rudimentaria de la época, estaba claro que la herida era fatal. Aunque las amputaciones eran habituales para sobrevivir, nada podía hacerse con una lesión medular. Nelson tardaría otras dos horas en perder la consciencia y fallecer.

Contra pronóstico, ganaron los británicos

Para las 3 p. m., los buques franceses y españoles empezaron a rendirse. A pesar de la inferioridad numérica tanto en barcos (40 frente a 33) como en efectivos (aproximadamente 2 a 1), el espíritu combativo de la Marina Real británica fue innegable.

Se aproxima una tormenta

Al anochecer, el tiempo, que había estado inquietantemente en calma, empezó a cambiar. Se acercaba una feroz tormenta y muchos de los 5000 hombres que perecieron ese día lo hicieron, no en la batalla, sino en las brutales olas que siguieron.

Un frente de batalla fragmentado

La flota franco-española estaba tan dispersa que se extendía varias millas. Nelson atacó el centro de esta ‘serpiente’, dejando la cabeza y la cola de la flota mayormente al margen. Cuando los buques de los extremos intentaron unirse al combate, no pudieron maniobrar con suficiente rapidez para participar.

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El triunfo de Nelson resonó en la Historia

Al destruir el poder marítimo de Napoleón, Nelson garantizó la seguridad de Gran Bretaña frente a una invasión. Un siglo y treinta años después, se repitió un escenario similar cuando la Luftwaffe de Hitler fue derrotada y las islas británicas se salvaron de la ocupación nazi. Tanto en 1805 como en 1940, lo que verdaderamente importó fue la supervivencia de Gran Bretaña, más que una victoria final.

La bienvenida de héroe para Nelson

Después de dos años en el mar sin descanso, a Nelson le aguardaba un regreso de héroe a Londres —aunque, trágicamente, no viviría para verlo. Para preservar su cuerpo durante el viaje de regreso, su tripulación lo colocó en un barril de brandy para evitar su descomposición.

Trafalgar fue un momento que definió una era, alterando el equilibrio de poder de una forma que resonaría durante siglos.

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