A medida que un número creciente de personas realiza el famoso Camino de Santiago en invierno, analizamos esta nueva tendencia, así como las ventajas y desventajas de llevar a cabo la famosa peregrinación durante los meses más fríos del año en España.
Es probable que sepas que la mayoría de los peregrinos suelen realizar el Camino de Santiago durante los meses estivales.
Esto a menudo se caracteriza por madrugones y largas jornadas sudando bajo el sol de verano. No obstante, en los últimos años ha surgido una nueva tendencia: peregrinos que emprenden la travesía durante el invierno en España.
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¿Qué es el Camino de Santiago?
El Camino de Santiago es una peregrinación que conduce al sepulcro del apóstol Santiago en la catedral de Santiago de Compostela, en Galicia, al noroeste de España, donde según la creencia popular yacen sus restos.
Hoy en día, muchos realizan la peregrinación como una forma de sanación espiritual, ya sea con fines religiosos o como una manera de ‘resetear’ sus ajetreadas vidas.
Se ha vuelto muy popular entre excursionistas, ciclistas y grupos turísticos organizados, y muchas personas crean sus rutas personalizadas que finalizan en Santiago de Compostela o antes.
La ruta tradicional de peregrinación va desde Saint Jean Pied de Port, en Francia, hasta Santiago de Compostela, tiene 765 km de longitud y la mayoría de la gente tarda aproximadamente un mes en completarla a pie. Existen, por supuesto, varias otras rutas principales.
Aunque caminar cientos de kilómetros pueda sonar a algo más apropiado para los meses más secos del verano, en los últimos años cada vez más personas deciden hacerlo en invierno.
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El Camino de Invierno
Cada vez más, estos peregrinos invernales no son solo españoles, sino también extranjeros atraídos por la atmósfera reflexiva que ofrece realizar la ruta en los meses más tranquilos, cuando los caminos están más desiertos.
Nuevos albergues están surgiendo en la región para satisfacer esta demanda (a menudo, el clima hace que la gente tome rutas ligeramente diferentes) y en 2023 el personal se ha sorprendido por el aumento de peregrinos extranjeros que llegan durante las navidades y los meses invernales.
Un peregrino descansa y contempla la Catedral de Santiago de Compostela en noviembre. Las temperaturas otoñales e invernales no siempre son tan frías, y en 2023 fueron inusualmente cálidas. (Foto de MIGUEL RIOPA / AFP)
Trabajadores de un nuevo albergue comentaron a La Voz de Galicia que “la experiencia de estos primeros meses parece muy positiva, tenemos muy buenas valoraciones de los clientes en las redes sociales y ya tenemos algunas reservas para el verano”.
También perciben que el perfil del Camino de invierno está creciendo, en parte debido a la “buena prensa” pero también “al boca a boca… [que] está contribuyendo a que el ‘Camino de invierno’ sea cada vez mas popular”.
Enrique Álvarez Barreiro, Alcalde de Vilamartín de Valdeorras, localidad por la que pasan muchos peregrinos, declaró al periódico local sobre la tendencia: “Pude comprobar que el Camino de invierno está creciendo, que llegan más peregrinos… y esperamos que la tendencia continue”.
Pero, ¿merece la pena hacer el Camino de Santiago durante el invierno? ¿En qué se diferencia de hacerlo en verano?
¿Qué aspectos se deben tener en cuenta, y cuáles son las ventajas y los inconvenientes?
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VENTAJAS
Hay menos gente
Muchos peregrinos que realizan el Camino en invierno destacan que la ruta adquiere un ambiente más íntimo. Al contar con cientos de peregrinos en lugar de los miles que forman las aglomeraciones estivales, la experiencia se vuelve más personal en los meses más silenciosos.
Son muchos los que afirman que el Camino invernal les permite establecer conexiones más profundas, tanto con otros peregrinos como con el entorno natural que les rodea.
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Paisajes invernales
En relación con esto, realizar el Camino en invierno significa que los paisajes son completamente distintos.
Ahora bien, esto puede ser una ventaja o un inconveniente según el punto de vista, pero a menudo los senderos están nevados y ofrecen paisajes realmente impresionantes.
Si eres más de invierno, el Camino invernal podría ser para ti.
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Más espacio en albergues, bares y restaurantes
Con muchos menos peregrinos en invierno, no solo las rutas están más tranquilas, sino también todos los albergues, bares y restaurantes del camino.
Lo mismo ocurre con los puntos de sellado donde se obtienen los sellos que marcan tu trayecto. Al inicio de tu peregrinación, puedes comprar una ‘credencial del peregrino’ en la que puedes coleccionar sellos para registrar por dónde has pasado. Los sellos se encuentran en albergues y casas de huéspedes, en cafés locales y en iglesias a lo largo de la ruta.
Estos permiten documentar tu trayecto y son indispensables para obtener el certificado al término de la ruta.
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Puedes levantarte tarde
Esto depende de si eres madrugador o no, pero los días más cortos y oscuros del invierno en el Camino implican que muchos peregrinos aprovechan para no tener que salir temprano, realizando así etapas más breves que permiten un mejor descanso y recuperación.
Las mañanas invernales permiten a los caminantes despertarse sin prisa y sin la presión de competir por espacio en los albergues o en las sendas.
El sol sale más tarde, propiciando un comienzo de jornada más relajado y tranquilo.
Un peregrino recorre el Camino de Santiago durante una ventisca cerca de Burgos. Foto: CESAR MANSO/AFP.
DESVENTAJAS
Climatología
Evidentemente, si realizas el Camino en invierno arriesgas a encontrarte con condiciones meteorológicas adversas. Como se mencionó, esto puede ser una ventaja o un inconveniente según la perspectiva, pero conviene recordar que Galicia, y el norte de España en general, no disfruta de los inviernos suaves característicos de la costa mediterránea y del sur peninsular.
A la hora de cubrir distancias tan largas, las eventuales inclemencias constituyen un factor crucial a considerar. Las bajas temperaturas, los vientos intensos y las nevadas o lluvias pueden tornar la travesía más ardua y peligrosa, requiriendo un equipamiento más completo y una planificación más exhaustiba.
Para aquellos caminantes invernales que optan por la temporada baja, esto se ve agravado por el hecho de que muchos viajan en solitario y que, durante el invierno, las rutas pueden volverse más traicioneras.
Menos horas de luz para caminar
De nuevo, esto es subjetivo, pero al hacer el Camino en invierno dispondrás de menos horas de luz y, por consiguiente, de menos tiempo para marchar, lo que probablemente alargará la duración total del trayecto comparado con la versión estival.
Si eres de los que madrugan o pretendes completarlo en un plazo más corto, tal vez el invierno no sea la opción idónea.
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Precisas más equipo
Dadas las posibles condiciones climáticas complicadas, el peregrino invernal debe cargar con más material (calzado, abrigos, equipo de senderismo para estar debidamente preparado para lo que el invierno gallego pueda deparar) y, por tanto, llevar una mochila de mayor capacidad, lo cual podría ralentizar la marcha.
Puede que no parezca un problema significativo, pero al recorrer decenas de kilómetros diarios, es un aspecto a valorar.
Mayores riesgos
Obviamente, realizar el Camino en invierno puede entrañar más peligrosidad.
La posibilidad de temperaturas gélidas (espera cifras de un solo dígito, e incluso cercanas o bajo cero en áreas rurales y de montaña), unida a fuertes vientos y tormentas de nieve, puede volver la caminata peligrosa si no se está suficientemente preparado, si uno se extravía o, como es frecuente en invierno, se afronta en solitario.
Para personas con poca o ninguna experiencia en trekking, iniciarse con los Caminos tradicionales en verano podría ser una idea más acertada para familiarizarse con el terreno.
Rutas como el Camino del Norte o el Camino Primitivo pueden presentar desafíos adicionales en esta estación, por lo que el denominado Camino Francés o el Camino Portugués, con su mejor infraestructura y condiciones, resultan más recomendables.
