El jefe militar de Sudán confirmó la retirada del ejército de su último bastión occidental en El Fasher, después de que las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) declararan el control de la ciudad.
En un discurso televisado el lunes por la tarde, el General Abdel Fattah al-Burhan dijo que había aprobado la retirada en respuesta a la “destrucción sistemática y el asesinato de civiles”.
Dijo que había acordado con líderes locales “salir e ir a un lugar seguro para proteger a los ciudadanos restantes y al resto de la ciudad de la destrucción”.
La ONU ha alertado sobre informes de atrocidades cometidas por las RSF en los últimos días y ha solicitado un paso seguro para los civiles atrapados.
Las RSF han negado consistentemente las acusaciones de matar civiles.
La caída de El Fasher podría marcar un punto de inflexión significativo en la guerra civil de Sudán, que ha causado decenas de miles de muertos y desplazado a casi 12 millones de personas desde abril de 2023.
Las RSF ahora tienen control completo de la vasta región de Darfur, mientras que el ejército se limita al norte, este y centro de Sudán.
Las RSF han estado sitiando El Fasher durante 18 meses, atrapando a cientos de miles de civiles en la ciudad y provocando una crisis hambruna.
Las RSF han sido ampliamente acusadas de cometer atrocidades a gran escala en El Fasher desde el domingo, cuando el grupo declaró que había capturado la ciudad.
Según el Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Universidad de Yale, imágenes de satélite muestran “evidencia de matanzas masivas”.
Los investigadores encontraron grupos de lo que parecen ser cuerpos humanos cerca de vehículos de las RSF y junto al muro de tierra de 57 kilómetros que ahora rodea la ciudad, lo que sugiere que los civiles pudieron haber sido ejecutados mientras intentaban huir.
La Fuerza Conjunta, una alianza de grupos armados de Darfur que apoya al ejército, dijo que 2,000 civiles habían sido asesinados desde la caída de la ciudad. No existe una confirmación independiente de esto.
Las agencias de ayuda ahora temen una masacre de grupos étnicos no árabes atrapados en El Fasher. Las RSF han negado tenerlos como objetivo, a pesar de las pruebas de crímenes de guerra presentadas por la ONU y organizaciones de derechos humanos.
El lunes, el jefe de la ONU, Antonio Guterres, dijo que estaba “gravemente preocupado” por la situación en la ciudad y condenó las reportadas “violaciones del derecho internacional humanitario”.
El General Burhan denunció la inacción de la comunidad internacional para terminar con las violaciones en su discurso del lunes y prometió luchar “hasta que esta tierra sea purificada”.
“Podemos cambiar las cosas cada vez, y podemos devolver cada tierra profanada por estos traidores al seno de la nación”, declaró.
