Fuentes revelan a la BBC que Francia se retracta de su promesa de interceptar embarcaciones de migrantes

Andrew Harding
BBC News, desde París y Gravelines

Videos compartidos con la BBC muestran un barco de la policía que circula alrededor de un bote pequeño en un canal poco profundo cerca del mar en Gravelines.

Francia se está echando atrás de un compromiso reciente para intervenir más enérgicamente en el mar y detener a los botes pequeños que cruzan el Canal de la Mancha, según múltiples fuentes contactadas por la BBC.

Hay evidencia de que los problemas políticos actuales en Francia son parcialmente responsables, pero será un golpe para los intentos del gobierno británico por resolver este problema.

Mientras tanto, los peligrosos botes inflables sobrecargados continúan saliendo de la costa casi a diario, desde un canal de marea poco profundo cerca del puerto de Dunkerque.

Mientras que el responsable de seguridad fronteriza en el Reino Unido, Martin Hewitt, ya expresó su “frustración” por los retrasos franceses, la BBC ha sabido por varias fuentes en Francia que las promesas de una nueva “doctrina marítima” – que vería a los botes de patrulla intentar interceptar los inflables y remolcarlos a la costa – son vacías.

“Es solo un truco político. Es mucho bla bla”, dijo una figura muy vinculada a la seguridad marítima francesa.

La prefectura marítima para el Canal dijo a la BBC que la nueva doctrina sobre los “botes taxis” “aún está siendo estudiada”.

Reuters
Como ministro del interior, Bruno Retailleau trabajó estrechamente con el Reino Unido, pero ya no está en el gobierno francés.

Al exministro del Interior Bruno Retailleau se le atribuyó, especialmente en el Reino Unido, impulsar un enfoque más agresivo en el Canal.

Eso culminó el julio pasado con una cumbre entre el Presidente Emmanuel Macron y el Primer Ministro Sir Keir Starmer.

El enfoque entonces estuvo en planes para interceptar los llamados “botes taxis” que ahora usan los traficantes para acercarse a la costa y recoger pasajeros que ya están esperando en el agua.

La policía francesa raramente interviene contra estos botes taxis sobrecargados ya que se considera un riesgo demasiado grande para los agentes y para los civiles.

Pero unos días antes de la cumbre, fuimos testigos de cómo la policía francesa entraba al mar, al sur de Boulogne, para cortar los lados de un bote taxi cuando este quedó atrapado en las olas y se acercó a la orilla.

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El verano pasado, un agente de policía francés usó un cuchillo para pinchar un bote inflable lleno de migrantes.

En Londres, el portavoz del primer ministro reaccionó inmediatamente a nuestras imágenes, llamándolo “un momento realmente significativo” y una prueba de que los franceses ya comenzaban a tomar medidas más duras para detener los botes pequeños en la costa y, potencialmente, en el mar.

Poco después, una fuente bien situada en el ministerio del interior francés dijo a la BBC que los cambios de política eran inminentes.

“Comenzaremos las intervenciones en el mar en los próximos días, después de la revisión de la doctrina”, dijo la fuente.

Pero desde entonces, Retailleau perdió su puesto como ministro en la última de varias remodelaciones caóticas, y un gobierno francés distraído parece estar centrado en otras crisis.

“Es posible que (las nuevas medidas en el mar) nunca se lleguen a producir”, dijo Peter Walsh, que investiga este tema en el Observatorio de Migración de Oxford.

Lea Guedj/BBC
El canal de marea poco profundo en Gravelines, cerca de Dunkerque, se ha convertido en un punto de partida para los botes de migrantes que salen de Francia.

Los botes de migrantes, mientras tanto, siguen saliendo de Francia, y no solo desde las playas.

Un dueño jubilado de una tienda de pescado frito que vive junto a un canal tierra adentro de la costa en Gravelines dijo que había visto salir cuatro en un solo día.

Nos mostró videos de los botes, incluyendo imágenes de personas subiendo a bordo en medio del canal, y de un bote de la policía rodeando recientemente a otro inflable sin intentar impedir que se fuera.

“Es una locura, una locura, una locura. Hay que parar los botes”, dijo Jean Deldicque.

Jean Deldicque vive junto al canal en Gravelines

Un experto marítimo, que nos pidió no usar su nombre debido a sus estrechos vínculos con el estado, dijo que el Canal de L’Aa era lo suficientemente superficial para que las fuerzas de seguridad intervinieran sin poner en grave riesgo la vida de las personas.

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Otros canales y ríos en la área a veces han sido bloqueados con cuerdas o cadenas, pero estas medidas han demostrado ser ineficaces contra las bandas de traficantes, que son muy adaptables.

Aunque la política francesa claramente ha jugado un papel en frustrar los intentos del gobierno británico para reducir el número de cruces en botes pequeños, los problemas legales y morales también están demostrando ser cruciales.

Un obstáculo importante, citado por varias fuentes, para detener los inflables en el mar es el temor de que, casi inevitablemente, llevaría a más muertes y a procesamientos judiciales contra los miembros de las fuerzas de seguridad involucrados.

Suministrado
Otro residente local compartió esta imagen de personas nadando en el canal para subir a una barca.

“La marina francesa está en contra de esto. Se dan cuenta de que este tipo de misión es extremadamente peligrosa y de que corren el riesgo de ser implicados y terminar en los tribunales. Va a ser un desastre”, dijo una fuente.

Incluso la idea menos ambiciosa, promocionada por funcionarios británicos, de dar a la policía francesa más margen legal para intervenir desde las playas y adentrarse más en el agua para detener los botes, ha sido rechazada. Si es que alguna vez se consideró seriamente.

Las normas actuales permiten a la policía y a los bomberos franceses intervenir en aguas poco profundas solo para rescatar a personas que parezcan estar en peligro inminente. Eso es claramente lo que presenciamos en la playa de Ecault, cerca de Boulogne, a principios de julio.

Ha habido confusión desde el principio sobre el compromiso francés en este tema. Varias fuentes de seguridad francesas nos han dicho que conseguir que la policía detenga los botes metiéndose en el mar nunca fue siquiera una remota posibilidad.

Pero los sindicatos franceses han sugerido que los cambios se consideraron y se rechazaron.

El portavoz del sindicato de policía Jean-Pierre Cloez dijo que los planes del ministro del interior presentados a principios de este año están ahora “en pausa”.

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“Consideramos en su momento que era [demasiado] peligroso. Las reglas, por el momento, son las mismas.”

No hay ningun cambio en nuestra manera de hacer las cosas.

El Sr. Cloez y otros también mencionaron la continua falta de equipamiento, formación y personal.

Esto no significa que Francia esté abandonando su compromiso de patrullar sus playas, o de interceptar a los traficantes y sus barcos en el mar.

La operación es de gran envergadura, sofisticada, y se extiende a lo largo de más de 150 km de costa.

El Reino Unido está pagando una parte significativa del trabajo bajo los términos del Tratado de Sandhurst, que actualmente se está renogociando para su renovación el próximo año.

Mientras tanto, los equipos de rescate voluntarios que trabajan a lo largo de la costa norte de Francia siguen sacando personas, y a veces cuerpos, del agua.

Algunos voluntarios han expressado su frustración por ser repetidamente solicitados por las autoridades marítimas para escoltar botes inflables hacia aguas británicas: un proceso que puede llevar muchas horas.

Pero también han destacado los desafíos únicos a los que se enfrenta cualquiera que busque intervenir en el Canal.

Las tripulaciones voluntarias francesas juegan un papel clave yendo al rescate de botes de migrantes en peligro.

“Por extraño que parezca, si ellos no piden ayuda, no puedes forzarles a aceptarla”, dice Gérard Barron, el jefe de los voluntarios de rescate marítimo de Boulogne.

“La tripulación me ha informado que en ocasiones, cuando se han acercado a un bote con demasiadas personas y han preguntado si quieren ayuda, han visto que sacaban cuchillos.

“También han visto, en algunas ocasiones, a hombres jóvenes sosteniendo bebés sobre el agua, amenazando con soltarlos si nos acercábamos más.”

Después de 45 años de experiencia en rescates, Barron admite cierta exasperación con el actual fracaso de Francia en hacer más para detener a los traficantes.

Si se hicieran cumplir las normas existentes contra salir al mar en botes frágiles, sin licencia y superpoblados, él cree que se salvarían muchas vidas.

Reportaje adicional de Paul Pradier.