El Museo del Louvre en París permanecerá cerrado este lunes después de un atrevido robo en el que ocho joyas reales de valor incalculable fueron sustraídas en solo siete minutos.
La policía sigue buscando al comando de cuatro personas responsable de uno de los robos de arte más audaces que el mundo ha visto en años.
El robo ocurrió el domingo por la mañana alrededor de las 9:30, media hora después de que el museo abriera sus puertas.
Los ladrones utilizaron un camión equipado con un elevador para forzar la entrada a la Galería de Apolo, que alberga algunos de los tesoros históricos más importantes de Francia.
Armados con sierras de disco, rompieron dos vitrinas —una que contenía las joyas de Napoleón y la otra las joyas de la corona de los monarcas franceses— antes de huir en dos scooters.
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Los investigadores recuperaron después herramientas, guantes y dos de las piezas robadas, incluyendo la corona dañada de la Emperatriz Eugenia. La corona, hecha de oro, tiene más de 1,300 diamantes. La segunda pieza aún no ha sido identificada.
Según el ministro del Interior francés, Laurent Nuñez, los ladrones eran muy habilidosos y posiblemente estaban conectados con una red de crimen organizado.
Un equipo de alrededor de 60 investigadores de la brigada anticriminal de París y de la Oficina de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales están ahora dirigiendo la búsqueda.
Las joyas robadas son casi imposibles de vender en el mercado abierto. Las autoridades investigan si el robo fue encargado por un tercero o si los ladrones tenían la intención de usar las piedras para lavar dinero.
Conmoción e impresión
El robo ha provocado fuertes reacciones tanto de políticos como de visitantes.
Los turistas se llevaron una decepción el lunes por la mañana cuando se formó una larga fila fuera del museo cerrado.
Rodrigo y Alicia, una pareja de España, le dijeron a Euronews que habían comprado sus entradas hacía un mes.
"Es frustrante, teníamos muchas ganas de visitar el Louvre por primera vez", dijeron en una entrevista.
Elaine y Christina, dos hermanas de Irlanda, no ocultaron su fascinación por el audaz robo.
"Sentimos que somos parte de la historia, ni siquiera lo podemos creer. Es asombroso y impactante al mismo tiempo. Es triste, y por supuesto espero que atrapen a los responsables, pero para mí en cierto modo enriquece mi experiencia", dijo Elaine.
El ministro de Justicia francés, Gérald Darmanin, describió el robo como el envío de una imagen muy negativa de Francia al mundo, diciendo que el público se siente "personalmente robado" por el hurto.
El presidente francés Emmanuel Macron calificó el robo como "un ataque a un patrimonio que apreciamos".
La Agrupación Nacional de ultraderecha describió el robo como una "humillación" y una "herida en el alma francesa". La líder del partido, Marine Le Pen, dijo en X: "Nuestros museos y edificios históricos no están asegurados al nivel de las amenazas que pesan sobre ellos. Debemos reaccionar".
Desde la izquierda, el ex presidente François Hollande instó a las autoridades a concentrarse en encontrar a los ladrones en lugar de avivar la controversia política.
Las preocupaciones sobre la seguridad en el Louvre ya se han planteado múltiples veces en los últimos años.
En junio, los trabajadores del museo se declararon en huelga para protestar por la escasez de personal que comprometía la seguridad, resaltando las vulnerabilidades confirmadas por un informe reciente de la Cour des comptes de Francia —la máxima institución de auditoría del país.
El informe reveló que en el ala Denon, donde se encuentran la Galería de Apolo y la Mona Lisa, una de cada tres salas no tiene cámaras de vigilancia.
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El Louvre, que recibe más de ocho millones de visitantes al año, también ha enfrentado problemas de infraestructura de larga data.
Filtraciones, mal aislamiento y sobrepoblación han impulsado llamados a una renovación, y el presidente Macron anunció planes para una gran reforma a principios de este año.
El plan "Nuevo Renacimiento del Louvre", un proyecto de 700 millones de euros que durará una década, tiene como objetivo modernizar la infraestructura del museo, aliviar la congestión y dar a la Mona Lisa una galería dedicada para el 2031.