Decenas de miles de personas, que lloran la muerte del ex primer ministro de Kenia Raila Odinga, pasaron frente a su ataúd abierto en un estadio en su ciudad natal, Kisumu. Muchos gritaban la frase “somos huérfanos” en su dolor.
“Vine aquí para llorar a un ícono de África”, dijo a la BBC un doliente llamado Dixon Ochieng.
La vista pública del respetado octogenario, quien falleció en un hospital de la India el miércoles, ya concluyó y su cuerpo fue trasladado en avión a su granja para su entierro.
Su viuda, Ida, ha apelado a los presentes para que lloren de manera tranquila y así evitar el caos que provocó la muerte de al menos cinco personas en otros eventos y dejó docenas de heridos en el estadio de Kisumu anteriormente.
Odinga tiene seguidores muy devotos en su bastión político en el oeste del país. Antes del amanecer, personas de todas las edades comenzaron a llegar a Kisumu, que está a las orillas del Lago Victoria.
Esta también es la región de donde proviene la familia keniana de Barack Obama. Anoche, el ex presidente estadounidense publicó sus condolencias en X, llamando a Odinga un “verdadero campeón de la democracia”.
“Hijo de la independencia, soportó décadas de lucha y sacrificio por la causa más amplia de la libertad y el autogobierno en Kenia”, dijo.
Odinga fue el principal líder de la oposición del país durante muchos años, perdiendo cinco campañas presidenciales, la más reciente hace tres años. Repetidamente dijo que le robaron la victoria, citando la manipulación de votos.
Tras las sangrientas y disputadas elecciones del 2007, se convirtió en primer ministro en un gobierno de unidad.
“Una y otra vez, yo personalmente lo vi anteponer los intereses de su país a sus propias ambiciones. Como pocos otros líderes en cualquier lugar, estuvo dispuesto a elegir el camino de la reconciliación pacífica sin comprometer sus valores fundamentales”, dijo Obama.
“A lo largo de su vida, Raila Odinga estableció un ejemplo no solo para los keniates, sino para toda África y el mundo.”
Los dolientes en el Estadio Jomo Kenyatta de Kisumu no podían estar más de acuerdo y coreaban estos sentimientos a gritos.
“Lo recuerdo por darnos la democracia, por darnos nuestra libertad. Ahora podemos hablar y decir cualquier cosa que vemos que es mala para nosotros”, dijo Jacob Omondi a la BBC sobre el impacto de Odinga en el país durante su carrera de tres décadas.
Otro doliente, David Ouma, dijo: “Una de las lecciones más importantes que aprendí de Raila es ser resistente, porque Raila siempre fue un líder muy resiliente a través de cada elección… siempre se levantaba para intentarlo de nuevo.”
Muchos de los que llenaban el estadio vestían de naranja – el color de su Movimiento Democrático Naranja – y agitaban ramas, un símbolo tradicional de duelo y dolor entre el grupo étnico Luo al que pertenecía Odinga.
Según la familia, el deseo de Odinga era ser enterrado lo más pronto posible, idealmente dentro de 72 horas.
Un entierro privado tendrá lugar el domingo en su granja de Opodo en Bondo, a unos 60 km al oeste de Kisumu.
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[Getty Images/BBC]
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