El presunto narcotraficante sueco, acusado de introducir cocaína en Europa en veleros, queda en libertad tras anularse su condena en España.

El ciudadano sueco Jonas Falk ha ganado su último caso pendiente en el sistema judicial español tras la anulación por parte del Tribunal Supremo de una condena de dos años y medio de prisión por blanqueo de capitales a través de sus empresas ilícitas.

Falk, de 52 años, ha sido apodado como el ‘Pablo Escobar’ sueco —en referencia al infame narcotraficante colombiano— aunque nunca ha sido condenado por tráfico de drogas.

Actualmente cumple una pena de 22 meses de prisión en su país natal tras ser declarado culpable de extorsión en junio, y ha recurrido tanto el veredicto como la sentencia.

En su despedida legal definitiva en España, el Tribunal Supremo determinó que no se pudo demostrar que el dinero blanqueado procediera del narcotráfico.

La resolución inicial del juzgado de Barcelona fue revocada, junto con las de otros siete acusados, también en relación con el blanqueo de capitales.

Jonas Falk está considerado el delincuente más notorio de Suecia, habiendo iniciado su carrera como atracador de bancos hasta llegar a presunto narcotraficante.

Las autoridades le acusaron de importar ingentes cantidades de cocaína durante la primera década del siglo mediante lujos veleros que cruzaban inadvertidos el Océano Atlántico.

Suecia le procesó por cuatro alijos de casi 1,4 toneladas de cocaína hallados en aguas internacionales del Caribe.

Inicialmente fue sentenciado a 18 años de prisión, pero recurrió y fue absuelto en 2014 debido a que, a pesar de las pruebas, los jueces apreciaron una “duda razonable”.

También enfrentó cargos en España por blanquear dinero del narcotráfico, incluyendo una inversión de 5,5 millones de euros en viviendas de lujo, clubes nocturnos y restaurantes en Cataluña y las Islas Baleares.

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Incluso consiguió la anulación de un juicio en 2015 al considerarse que la forma en que prestó declaración mediante videoconferencia desde Suecia vulneraba sus derechos fundamentales.

Los fiscales no cejaron en su empeño y, finalmente, fue condenado en 2021 por un tribunal de Barcelona por el cargo que ahora ha sido anulado por el Tribunal Supremo.

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