Al menos dos personas fallecieron después de que la policía de Kenia abriera fuego para dispersar a una multitud de dolientes congregados para ver el cuerpo del líder opositor Raila Odinga, quien murió a principios de esta semana en la India.
El jefe de operaciones policiales del país, Adamson Bungei, confirmó el tiroteo ocurrido en el estadio de fútbol con capacidad para 60.000 personas en Kasarani, Nairobi, donde el velorio iba a tener lugar el jueves antes del funeral del fin de semana.
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“Tenemos al menos dos fallecidos,” declaró Bungei a la agencia Associated Press, describiendo el incidente como una “confrontación.”
Los medios locales KTN News y Citizen TV reportaron posteriormente que la cifra de muertos había ascendido a cuatro y que decenas de personas habían resultado heridas. Tras los disparos de las fuerzas de seguridad, la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a miles de dolientes, mostraron ambas cadenas, dejando el estadio desolado.
Miles de seguidores de Odinga comenzaron a congregarse en las calles de Nairobi desde primeras horas de la mañana del jueves, y multitudes se apiñaron en el Centro Deportivo Internacional Moi para presenciar el cortejo fúnebre.
La tensión se recrudeció cuando algunas personas forzaron una de las puertas del recinto, a lo que las fuerzas de seguridad respondieron con disparos y gases lacrimógenos. Mientras los dolientes huían, se desató una estampida cerca de las entradas del estadio.
Tras el incidente, el presidente William Ruto acudió al estadio junto a miembros de la familia de Odinga para presentar sus respetos ante el féretro. Ambos familias rindieron homenaje en una sala anexa del estadio.
El acto público se llevó a cabo horas más tarde a las puertas del estadio.
Los disturbios habían comenzado ese mismo día, cuando miles de dolientes irrumpieron brevemente en el aeropuerto internacional de Nairobi, interrumpiendo la ceremonia en la que Ruto y otros funcionarios recibirían con honores militares el cuerpo de Odinga.
El incidente provocó la suspensión de las operaciones aeroportuarias por dos horas.
También se congregaron multitudes en Bondo, la sede ancestral de la familia en el oeste de Kenia, donde Odinga será sepultado el domingo.
Odinga, figura emblemática de la política africana, falleció a los 80 años de edad el miércoles durante un viaje a la India para recibir tratamiento médico, según la policía local y funcionarios del hospital.
El ex primer ministro, afectuosamente conocido como “Baba” (padre), encabezó cinco campañas presidenciales fallidas entre 1997 y 2022, pero fue reconocido como un pilar fundamental para la reforma democrática.
“Luchó incansablemente por la democracia multipartidista, y hoy disfrutamos de esas libertades gracias a su legado,” afirmó a Reuters el estudiante universitario Felix Ambani Uneck en el estadio.
El viernes ha sido declarado día festivo nacional y se prevé que los keniatas se congreguen en otro estadio de fútbol en Nairobi para un funeral de estado.
El sábado tendrá lugar otra vigilia pública en el condado occidental de Kisumu, cerca de la residencia rural de Odinga.