Torrevieja, España – Un agente interino de la Policía Local de Torrevieja, con una larga trayectoria, ha perdido su oportunidad de acceder a una plaza fija como funcionario tras rehusar portar el arma reglamentaria del servicio por motivos religiosos.
El agente, Testigo de Jehová y en activo desde 2003, alegó su fe —la cual prohíbe manipular armas o participar en acciones de índole militar— al solicitar la consolidación de su puesto. Las autoridades sostienen que el porte y dominio de las armas de fuego constituye un requisito innegociable para los puntos policiales de carrera.
El conflicto surgió durante el curso de habilitación del IVASPE, indispensable para que los interinos obtengan la plaza en propiedad. Mientras que cientos de compañeros completaron los módulos teórico y práctico de armas de fuego, el agente se negó a asistir a dichas sesiones, notificándo formalmente al IVASPE que hacerlo contradecía sus convicciones. Aunque inicialmente fue admitido en el curso, no se inscribió en un segundo intento tras no finalizar la formación, lo que impidió definitivamente su habilitación.
Muchos agentes interinos habían desempeñado sus funciones previamente sin portar armas, ya que la legislación permite a los empleados temporales ejercer en labores limitadas. Este agente, por ejemplo, había trabajado en el ya extinguido Grupo de Refuerzo Operativo, encargándose de tareas de seguridad intensificada. Se intentó adaptar partes del curso para acoger su objeción de conciencia, especialmente en táctica policial y defensa personal, pero el IVASPE mantuvo que la superación de todos los módulos, incluido el de armas, era obligatoria.
La vacante generada por su salida está siendo cubierta en un momento en el que el consistorio ha ampliado su plantilla policial hasta alrededor de 180 efectivos, incluyendo mandos. El proceso de consolidación del personal interino ha permitido a Torrevieja cubrir sus necesidades policiales con mayor eficacia, especialmente durante los picos estacionales de población, posibilitando el despliegue simultáneo de ocho a nueve patrullas —una mejora que no se veía desde hacía años.
Este caso subraya la tensión existente entre la libertad religiosa y los requisitos profesionales en el ámbito del seguridad ciudadana. Mientras que la fe del agente le impidió qualificar para la plaza fija, las autoridades insisten en que la formación en armas de fuego sigue siendo esencial para las funciones policiales en España.
