Hace dos semanas, el grupo de presión SOS Residents en Mallorca envió una carta a los miembros de ABINI, la asociación de agencias inmobiliarias nacionales e internacionales. Se trata de un grupo exclusivo de agencias que suele operar en el segmento de lujo del mercado inmobiliario; muchas son compañías internacionales y cuentan con una cartera de clientes predominantemente extranjera.
Entre otras cosas, la carta declaraba: “Cada villa de lujo vendida a un millonario, un jubilado o una familia foránea significa una familia local sin hogar… Los residentes de Mallorca ya no les quieren, si vienen a especular, a obtener beneficios y a vaciar nuestros pueblos. Hagan negocios en su propia casa.”
Abogando por un “pacto de estado por la vivienda”, la asociación manifiesta: “Nosotros también somos residentes de Baleares. Nuestros hijos estudian aquí y compartimos los mismos problemas. ¿Acaso también quieren prohibir el turismo para que nadie venga a disfrutar de las islas?”
El comunicado, firmado por el presidente de ABINI, Daniel Arenas, alude a los problemas jurídicos que conllevaría prohibir la venta de viviendas a extranjeros, a la vez que señala que “la éxodo de mallorquines tiene el mismo efecto sobre los precios y la oferta en otras zonas de España”. El problema de la vivienda “afecta a la sociedad a nivel internacional, no solo local”.
Al analizar las causas del incremento en los precios de la vivienda, la asociación apunta a “la falta de promociones de obra nueva y el estancamiento en la creación de espacio, el enorme encarecimiento de los materiales, los impuestos inmobiliarios, la carencia de vivienda social y la incesante disputa política”.
“No somos nosotros quienes fijamos los precios, sino los propietarios. Y no es cierto que cada venta de una casa de lujo deje a una familia local en la indigencia. Menos de un tercio de las transacciones en Baleares son con extranjeros, muchas de ellas directamente entre foráneos. Es natural y legítimo que cualquier propietario desee obtener el máximo valor posible por su inmueble.”
No obstante, la asociación exige responsabilidad, puesto que “no todas las viviendas pueden ser viviendas de lujo”, añadiendo el comunicado que “nuestros asociados trabajan intensamente para desterrar el erróneo mito entre los vendedores de que para cada casa hay un extranjero dispuesto a comprarla”.