Ryanair ha anunciado una reducción significativa de su presencia en los aeropuertos regionales de España, eliminando 1,2 millones de plazas en protesta por lo que describe como las “elevadas tarifas” impuestas por el operador aeroportuario Aena. Esta medida supondrá la suspensión total de los vuelos con el Aeropuerto de Asturias, mientras que la aerolínea de bajo coste planea incrementar la capacidad en los grandes aeropuertos del país, como Palma, Madrid, Barcelona y Málaga, en 600.000 plazas.
Esta reducción se suma a una serie de recortes ya implementados en los aeropuertos regionales. El verano pasado, Ryanair suprimió 800.000 plazas, y otro millón más fueron eliminadas para la actual temporada de invierno. El impacto total entre 2025 y 2026 ascenderá a tres millones de plazas retiradas de los aeropuertos secundarios españoles.
Michael O’Leary, consejero delegado de Ryanair, afirmó que la decisión refleja la frustración de la compañía con las políticas económicas impuestas por el Gobierno español y Aena en las instalaciones regionales. “Mantenemos nuestro compromiso de expandir nuestras operaciones en España”, señaló, “pero los aeropuertos regionales simplemente no ofrecen las condiciones que necesitamos”.
Analistas del sector indicaron que esta jugada podría tener un serio impacto en la conectividad regional y el turismo. Los aeropuertos más pequeños a menudo dependen de las aerolíneas de bajo coste como Ryanair para mantener sus rutas, y la pérdida de vuelos podría afectar a las economías locales que se benefician del turismo entrante.
Pese a los recortes en los aeropuertos regionales, la estrategia de Ryanair en los grandes hubs parece sólida. Al expandir la capacidad en los aeropuertos principales, la aerolínea se centra en rutas de alta demanda, al tiempo que deja claro que continuará siendo un actor dominante en el mercado aeronáutico español, aunque cada vez más concentrado en las ciudades más transitadas del país.
