Trump y el presidente brasileño Lula mantienen una llamada “amistosa”

Los presidentes Donald Trump y Luiz Inácio Lula da Silva mantubieron una llamada que ambos lados describieron como amistosa y positiva. Brasil busca eliminar un arancel del 50% que impone Estados Unidos a sus importaciones.

Durante la videollamada del lunes, Lula le pidió a Trump que retire la mayoría de los impuestos. Trump declaró en sus redes sociales que tuvieron una “muy buena llamada telefónica”.

Esta es la primera vez que los dos líderes hablan formalmente desde su breve encuentro en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York el mes pasado.

Las relaciones estuvieron muy frías desde que Trump aumentó los aranceles este verano a un 50% sobre ciertos productos brasileños. Esta medida fue una respuesta al juicio por supuesto golpe de estado contra el predecesor de Lula, Jair Bolsonaro. Anteriormente, Lula había acusado a Trump de interferencia extranjera y de comportarse como un “emperador”.

Sin embargo, el gobierno brasileño informó que los dos mandatarios conversaron en un “tono amistoso” durante media hora y “recordaron la buena química” que tuvieron en Nueva York. Lula calificó la reunión como una oportunidad para “restablecer” las relaciones amistosas entre “las dos mayores democracias occidentales” y reiteró que Estados Unidos tiene un superávit comercial con Brasil. Solicitó que los aranceles se reduzcan a su nivel original del 10% y que se levanten las sanciones a algunos funcionarios brasileños.

Ambos intercambiaron sus números de teléfono para mantenerse en contacto directo. Trump publicó en su plataforma Truth Social: “La llamada se centró principalmente en la economía y el comercio entre nuestros dos países. Tendremos más discusiones y nos reuniremos en un futuro próximo, tanto en Brasil como en Estados Unidos”.

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El vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin, calificó la llamada como “mejor de lo esperado” y se mostró optimista sobre las negociaciones entre las dos naciones. Lula invitó a Trump a la cumbre climática de la ONU del próximo mes en Belém, Brasil, sugirió un encuentro durante la cumbre de la ASEAN en Malasia y se ofreció a viajar a Estados Unidos.

Trump designó al Secretario de Estado, Marco Rubio, para que continúe las negociaciones con el vicepresidente, el canciller y el ministro de economía de Brasil. Una fuente del gobierno brasileño cercana a Lula reveló a la BBC que el equipo del Vicepresidente Alckmin todavía está evaluando el nombramiento de Rubio como el negociador principal en el tema de los aranceles.

La fuente señaló que el gobierno no ignora que Rubio es considerado parte del llamado “ala ideológica” del gobierno de Trump. No obstante, añadió que, para el gobierno, es preferible tener un negociador directamente conectado con el presidente y que cuenta con su respaldo, en lugar de alguien sin comunicación directa con Trump.

Otra fuente involucrada en las negociaciones, que habló con la BBC Brasil bajo condición de anonimato, fue más directa: afirmó que el gobierno de Lula hubiera preferido un interlocutor diferente a Rubio.