Para muchos estadounidenses, sin importar su partido, la preocupación por el cierre del gobierno significa inquietud por su posible impacto en la economía, entre otras cosas.
Por lo tanto, muchos no creen que la posición de ningún partido merezca un cierre.
Dado esto, nadie sale especialmente bien parado políticamente en este momento. El presidente Trump, los demócratas del Congreso y los republicanos reciben valoraciones negativas sobre su manejo del cierre hasta ahora.
Ningún partido está en una posición muy sólida. El principal calificativo que los estadounidenses eligen para el Partido Demócrata en general es “débil”; el partido está por detrás del Partido Republicano en ser descrito como “eficaz” y “fuerte”, y su popularidad es menor. Sin embargo, el principal calificativo para los republicanos es “extremo”.
Todo esto le parece al público otra distracción de asuntos más importantes. Una mayoría considerable del país dice que la administración Trump no se centra lo suficiente en reducir los precios, y se centra demasiado en los aranceles, como ha sido el caso durante meses. Reflejando parte de esto, muchos aún describen al presidente mismo como “enérgico”, pero menos lo describen ahora como “concentrado” en comparación con el inicio de su mandato.
Relativamente pocos estadounidenses dicen que las posiciones de los demócratas o de los republicanos merecen un cierre. Como es bastante reciente, muchos aún no están seguros.
Para los demócratas, solo la mitad de sus bases piensan que las posiciones de su partido merecen un cierre, y aún menos republicanos dicen eso de las posiciones del Partido Republicano. Dicho esto, tampoco culpan a sus respectivos partidos por la situación.
Hay bastante culpa para repartir. Los republicanos y el presidente reciben relativamente más culpa que los demócratas del Congreso, pero sumado a los estadounidenses que culpan por igual a ambos, la mayoría del país los considera a todos responsables.
Cuando se les pregunta de qué trata principalmente el debate sobre el cierre, la atención médica es la respuesta principal de una lista de temas, y quienes siguen el tema más de cerca lo eligen con más frecuencia. Esto puede indicar que los argumentos de los partidos al menos llegan a sus bases.
El porcentaje de personas muy preocupadas por el impacto en la economía es más alto que para otros asuntos.
Las personas también expresan preocupación, en menor grado, por los efectos del cierre en los empleados federales. Además, por los militares, el transporte y los viajes aéreos, y la Seguridad Social y Medicare, lo cual, incluso si no son parte directa de las negociaciones, probablemente muestra que la gente tiende a asociar estos programas con el gobierno en general.
Aún así, las opiniones generales y los calificativos de los partidos no son positivos. Cada uno tiene índices de favorabilidad negativos en general, y los republicanos obtienen calificaciones ligeramente mejores que los demócratas.
De una lista de calificativos para los partidos, es un caso de débil (la forma en que la mayoría del país describe al Partido Demócrata) versus extremo (la etiqueta más elegida para el Partido Republicano).
El Partido Republicano supera ampliamente a los demócratas en ser llamado “eficaz” y “fuerte”.
Más de cuatro de cada diez demócratas de a pie describen a su propio partido como débil.
La economía y el presidente
En el contexto del cierre, y ayudando a explicar por qué tantos están preocupados por su impacto económico, la inflación y la economía continúan siendo vistos como los principales problemas del país. Y como ha sido el caso durante un tiempo, una gran mayoría dice que la administración Trump no se centra lo suficiente en bajar los precios. Y la mayoría continúa diciendo que se centra demasiado en los aranceles.
Y la mayoría dice que las políticas de Trump están costando empleos en Estados Unidos, en lugar de crearlos.
Eso se combina con la visión de los estadounidenses de que las políticas de Trump no los están beneficiando y todavía hacen que los precios suban. En general, la aprobación del manejo de la inflación por parte del presidente, específicamente, ha disminuido nuevamente.
Menos estadounidenses describen ahora al presidente como “concentrado” en comparación con el inicio de su segundo mandato. Sus principales calificativos siguen siendo “fuerte” y “enérgico”, pero el porcentaje que lo llama “eficaz” también ha bajado en comparación con febrero.
De manera más amplia, y no específicamente relacionado con el cierre, pero quizás pertinente dada esa situación, los estadounidenses todavía dicen que es el Congreso, no el presidente, quien debería tener la mayor autoridad sobre el gasto federal. Esta es una visión compartida por mayorías de demócratas, independientes y republicanos.
El índice de aprobación general de Donald Trump, del 42%, ha vuelto a bajar a lo que era en julio, después de alcanzar el 44% el mes pasado. Sigue siendo reforzado por el apoyo de su base republicana, y todavía obtiene mejores calificaciones por su programa de deportaciones e inmigración que por la inflación y la economía en general.
Con un 43%, el índice de aprobación del presidente por su manejo del conflicto entre Israel y Hamas es similar al de este verano, y más alto que sus índices de aprobación en temas económicos. (Esta encuesta se realizó antes de los informes sobre un posible acuerdo de alto el fuego).
Tropas y ciudades estadounidenses
La idea de que las tropas vayan a las ciudades de EE. UU. sigue siendo divisiva. Es apoyada firmemente por la base republicana del presidente, especialmente aquellos que se identifican con MAGA, pero encuentra mucho menos apoyo fuera de ella.
Ya sea que se trate específicamente de la Guardia Nacional o de tropas militares en servicio activo yendo a las ciudades, las opiniones son similares. Gran parte de esto, más allá de las divisiones partidistas, está ligado a dónde uno ve que se originan las amenazas para EE. UU.
Quienes apoyan las tropas en las ciudades tienden a ver amenazas desde dentro del país, suscribiendo algunos de los argumentos de la administración, de que las amenazas provienen de enemigos domésticos.
Pero para la mayoría de los estadounidenses que ve peligros más provenientes de fuerzas económicas, o que cree que el enfoque general de los militares de EE. UU. debería estar fuera del país, es mucho menos así.
Durante décadas, una mayoría de estadounidenses ha apoyado que las mujeres que sirven en el ejército participen en roles de combate, y eso sigue siendo el caso hoy, con tres cuartas partes, una visión compartida por igual por hombres y mujeres. El cuarto de estadounidenses que no cree que las mujeres en el ejército deban participar en roles de combate tiende a ser más conservador.
Esta encuesta de CBS News/YouGov se realizó con una muestra nacionalmente representativa de 2,441 adultos estadounidenses entrevistados entre el 1 y el 3 de octubre de 2025. La muestra fue ponderada para ser representativa de los adultos a nivel nacional según género, edad, raza y educación, basándose en la Encuesta de la Comunidad Estadounidense y la Encuesta de Población Actual del Censo de EE. UU., así como en el voto presidencial de 2024. El margen de error es de ±2.3 puntos.