Análisis de los Hábitos de Pago en la Eurozona
A medida que un creciente número de personas recurre a los pagos digitales en Europa, la proporción de transacciones en efectivo está disminuyendo, si bien los billetes aún desempeñan un papel financiero significativo.
En la eurozona, poco más de la mitad de todas las transacciones (52%) se pagaron en efectivo en 2024, según una encuesta del BCE en la que participaron 40.000 personas. No obstante, esta cifra es considerablemente menor cuando se examina el valor, que asciende al 39% del total de las transacciones.
En 14 de los 20 países de la eurozona, el efectivo es el método de pago más utilizado, representando entre el 45% y el 55% de las transacciones en aproximadamente la mitad de los países. Comparando entre naciones, el uso de efectivo varía desde un 22% en los Países Bajos hasta un 67% en Malta.
El sur de Europa y Europa del Este se mantienen como regiones particularmente adeptas al efectivo, con Italia registrando un 61% del total, España un 57% y Eslovenia un 64%.
Supremacía del efectivo en el Sur y Este frente a la prioridad digital del Norte y Oeste
Europa septentrional y occidental, incluyendo a los Países Bajos (22%), Finlandia (27%), Luxemburgo (37%), Bélgica (39%) y Francia (43%), presenta un carácter más digital, con el uso del efectivo ya residual en algunos países.
Entre las cuatro economías más grandes de la UE, Francia es la única nación por debajo del promedio de la eurozona (52%), mientras que Alemania se sitúa ligeramente por encima, con un 53%.
“En los Países Bajos hay tasas de adopción muy elevadas de métodos de pago digital, como los pagos sin contacto con una tarjeta de débito o el teléfono inteligente. Los consumidores holandeses perciben los pagos sin contacto como más rápidos y convenientes que, por ejemplo, los pagos en efectivo o con tarjetas de débito tradicionales”, afirmó un portavoz del banco central holandés a Euronews Business.
El portavoz también señaló que tanto el efectivo como las tarjetas de débito son ampliamente aceptadas por los comerciantes, favorecido en parte por los cargos relativamente bajos para estos y por las campañas bancarias para fomentar los pagos digitales en pequeñas cantidades.
Estos impulsores parecen aplicarse en gran medida a otros países con un menor uso de efectivo.
Uso del efectivo en el valor de los pagos
En términos de valor, el efectivo representaba un 39% en la zona del euro, con variaciones que van desde el 17% en los Países Bajos hasta el 59% en Lituania.
La mayor dependencia del efectivo, con más del 50% del gasto total realizado en metálico, se observa no solo en Lituania, sino también en Eslovaquia (56%), Eslovenia (56%), Austria (56%), Malta (54%) y Croacia (51%).
Italia (49%), Portugal (47%), España (45%), Irlanda (44%), Chipre (43%) y Grecia (42%) se engloban en el rango medio de dependencia del efectivo por valor.
En seis países, la cuota del efectivo es del 35% o inferior: Países Bajos (17%), Finlandia (28%), Luxemburgo (29%), Alemania (30%), Francia (34%) y Bélgica (35%).
Mientras que Lituania ocupa el puesto más alto, Letonia registra un 36%, lo que evidencia notables diferencias incluso entre naciones vecinas.
Las tarjetas dominan los pagos por encima de 50 euros
Alemania también presenta un panorama muy distinto al de Austria en lo que a uso de efectivo se refiere, a pesar de sus similitudes culturales. Los billetes mantienen su popularidad en Austria, mientras que Alemania comienza a adoptar con mayor decisión los pagos digitales.
Estos resultados demuestran que, en términos de valor monetario, el efectivo conserva su importancia en el centro, el este y el sur de Europa, mientras que el norte y el oeste del continente dependen en mucha mayor medida de los pagos digitales.
El BCE también constató que el efectivo es el método de pago más empleado para compras de bajo importe, aunque las tarjetas se utilizan con mayor frecuencia para transacciones superiores a 50 euros.
Ventajas percibidas: ¿Por qué la gente utiliza efectivo?
Al ser preguntados sobre las ventajas percibidas del efectivo frente a los pagos con tarjeta, los encuestados esgrimieron diversas razones.
La principal ventaja era que “el efectivo es anónimo y protege la privacidad” (41%), seguida de “el efectivo hace que las personas sean más conscientes de sus gastos” (35%), y “las transacciones en efectivo se liquidan de inmediato” (30%).
Solo uno de cada cinco citó el efectivo como más seguro
Otro 28% de los encuestados declaró utilizar efectivo porque es aceptado en más situaciones, mientras que aproximadamente uno de cada cinco mencionó que el efectivo es más fiable o más rápido. Solo un 18% citó el efectivo como más seguro.
Pueden establecerse distinciones en función de la edad, ya que los clientes más jóvenes suelen sentirse más cómodos con los métodos de pago digital. Los datos revelan que los consumidores menores de 40 años utilizaron efectivo en menos del 50% de sus transacciones, mientras que las personas de 65 años o más realizaron el 57% de sus pagos en metálico.