Llega nuevamente esa época del año en la que las conversaciones se intensifican. Tanto las empresas como los clientes evalúan sus experiencias vacacionales de este año y ya trazan planes para el 2026. Mientras lee esto, se están celebrando importantes congresos en Mallorca sobre turismo sostenible. Yo, por mi parte, me centro en los comentarios de los clientes particulares del Valle de Sóller, y el panorama es muy dispar. La mayoría de quienes se han alojado han disfrutado de su estancia. Son conscientes de los ‘excursionistas’ que saturan el centro al mediodía y evitan esa franja horaria.
Las observaciones que merecen atención son aquellas que señalan que, si bien los precios en hoteles y restaurantes han subido, la relación calidad-precio no ha mejorado. Los recortes, desde el papel higiénico de peor calidad hasta la ausencia de aceitunas o frutos secos con la bebida, no pasan desapercibidos. Los horarios de apertura, y el aumento al cierre dos días por semana de muchos restaurantes en temporada alta, resultan un inconveniente para numerosos visitantes. Cuando llegan al hotel y descubren que todos esos extras que antes gritaban ‘bienvenida’ han desaparecido, se preguntan realmente por qué están pagando.
El incremento en los costes laborales, la subida del costo de vida y el encarecimiento de los productos frescos son parte del escenario. El cliente que paga lo comprende, pero no desea que se lo recuerden constantemente durante sus vacaciones. Cada vez más, optan por tomar decisiones para el próximo año que no conlleven la angustia asociada a Mallorca.
Algunos me han comentado que tienen la sensación de que ‘Mallorca está en guerra consigo misma’ y trasladan esa retórica a los turistas que eligen visitarla. ‘Estoy de vacaciones buscando desconectar y relajarme después de una vida ajetreada en casa. Si pago una suma considerable, no espero tener que estar agradecido por que me atienda personal estresado que recorta en lo que antes se consideraba lo normal’.
En esta época de congresos y evaluaciones… me pregunto si alguien está escuchando.