Denominación: Brecha de Estilo.
Periodo: Contemporáneo.
Aspecto: Una enorme bandera roja.
¿Acaso es otro fenómeno de TikTok? En parte. ¿Comprendes por qué poseo un estilo muy superior al tuyo?
¿Tú crees? Por favor. Mi discurso es elaborado, refinado, elegante y ocurrente; el tuyo, en cambio, siempre es abrupto, sucinto y desganado.
Mmm. ¿Ves? Lo que nos separa es una brecha de estilo. Yo soy excelso, y tú no. Es un desfase insalvable y, francamente, opino que estamos abocados al fracaso.
Requiero ejemplos. Observa a Justin y Hailey Bieber. Una brecha de estilo manifiesta. El público repara en el empeño que ella deposita en vestir con decoro cuando están juntos.
¿Y Justin? No existe el más mínimo esfuerzo. Su postura es deplorable. Su vestimenta es un caos. Aparenta ser el sobrino al que han obligado a asistir contra su voluntad.
Y he ahí la brecha. Exacto. El equilibrio es insostenible. El resultado de esta disparidad de estilo es traumático. Como recientemente señaló Cosmopolitan, “ni siquiera el propio estilo escapa ileso al vacío desolador que supone la carencia de visión estética de la pareja”.
Nunca hasta ahora había elevado una plegaria más ferviente por la defunción del periodismo. Planteo una cuestión de gravedad. Tarde o temprano, Hailey Bieber mirará a su esposo y claudicará. Renunciará a su estilo en pos de una vida viable. Abandonará la elegancia en favor de un aspecto descuidado, y eso constituirá una tragedia de proporciones nacionales.
Mas, ¿y si existiera una alternativa? ¿Y si Justin Bieber decidiera elevar de súbito y de modo drástico su nivel de estilo, esforzándose en igual medida que su esposa, demostrando así al mundo que merece ocupar tanto espacio como ella? ¿Qué estás haciendo?
¿Acaso no he cerrado la brecha de estilo? ¿Acaso no soy tan desenvuelto, refinado, elegante y ocurrente como tú? Cesá de realizar esos monólogos extensos. Resulta inquietante.
¿Por qué? Porque ahora da la impresión de que intentas emularme. Estás inflando artificialmente tu estilo, y eso desestabiliza por completo nuestra dinámica.
¿Y eso es lo que ocurre en una relación con brecha de estilo? Potencialmente. O bien la parte más estilosa reduce su nivel, o bien la parte menos estilosa incrementa el suyo.
Vaya, esto es como el desenlace de *Grease*. ¿Te refieres al momento en que John Travolta intenta superar a Olivia Newton-John renunciando a su chaqueta de cuero, sólo para que ella comience a vestirse con cuero?
Sí, exactamente eso. Pero, ¿acaso no es ese un ejemplo exitoso de cómo cerrar la brecha de estilo, puesto que vivieron felices para siempre?
No, se alejaron en un coche volador, pues la verdad subyacente es que la magnitud de su brecha de estilo habría hecho trizas su relación en cuestión de horas. Y luego dicen que el romance ha muerto.
Di: “Mi relación no fracasó, simplemente existía una severa brecha de estilo”.
No digas: “No asistiré hasta que hayan antitado a alguien tan desagradable como yo”.
