A partir del lunes 29 de septiembre, quedará prohibida la venta de cigarrillos, tabaco y vapes en máquinas expendedoras en Irlanda. Estos dispositivos de autoservicio, ubicados frecuentemente a las afueras de pubs y discotecas, han representado una fuente de ingresos para muchos establecimientos. No obstante, la Ministra de Salud, Jennifer Carroll MacNeill, señaló que la prohibición podría impedir que los menores accedan a estos productos nocivos. Esta medida se enmarca en un plan más amplio cuyo objetivo es reducir la tasa de consumo de tabaco por debajo del 5%.
De acuerdo con la Federación de Taberneros de Irlanda, el uso de estas máquinas ha ido en declive en los últimos años, si bien algunos pequeños negocios aún dependen de ellas como un ingreso adicional. Un portavoz de la Federación indicó que, a pesar de la prohibición, el personal de los establecimientos conservará el derecho a acceder a las máquinas.
Irlanda mantiene una estrategia integral para disminuir la prevalencia del tabaquismo en el país a un 5% o menos. En la actualidad, aproximadamente un 18% de la población irlandesa es fumadora habitual.
Un estudio que revela tendencias alarmantes entre los jóvenes
Asimismo, las máquinas suponen un riesgo para los menores, según se desprende de un estudio realizado con 599 adultos de entre 18 y 81 años por un investigador de la Universidad Tecnológica de Shannon y publicado en Epidemiology Biostatistics and Public Health. Los resultados sugieren que uno de cada ocho adultos estaría dispuesto a ayudar a un adolescente de 17 años a comprar cigarrillos mediante una máquina expendedora. Casi uno de cada once declaró no estar seguro de cómo actuaría si un menor le pidiera ayuda para utilizar el aparato. De forma más alarmante, un pequeño segmento del grupo incluso reveló que compraría una ficha para un niño de tan solo 13 años.
La Secretaria de Estado de Salud Pública, Jennifer Murnane O’Connor TD, afirma que estas máquinas ofrecen una “vía de acceso fácil” al consumo de nicotina para los niños. Según O’Connor, está demostrado que las máquinas expendedoras “contribuyen a la experimentación temprana y a la adicción a largo plazo”.
Irlanda ha mantenido históricamente un control notoriamente permisivo en la aplicación de las leyes antitabaco. La prohibición de las máquinas expendedoras representa un avance significativo en la reducción de este hábito perjudical, especialmente para los sectores más jóvenes y vulnerables de la población.