El ejército israelí dice que su fuerza aérea realizó su “ataque más potente” en Yemen en respuesta a los repetidos ataques con drones y misiles del movimiento Houthi contra Israel.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron que docenas de sus aviones bombardearon objetivos pertenecientes a los servicios de seguridad, inteligencia y militares Houthis en la capital, Saná.
El ministerio de salud del gobierno controlado por los Houthis denunció lo que llamó el “brutal crimen” de Israel, diciendo que fueron golpeadas instalaciones civiles y edificios residenciales, y que ocho personas murieron.
Esto sucede un día después de que 22 personas resultaran heridas, dos de ellas grave, en un ataque con drone Houthi en el balneario israelí de Eilat, en el Mar Rojo.
Los Houthis controlan gran parte del noroeste de Yemen desde que expulsaron al gobierno reconocido internacionalmente de allí hace 10 años, desatando una guerra civil.
Comenzaron a atacar a Israel y al transporte marítimo internacional en el sur del Mar Rojo y el Golfo de Adén poco después del inicio de la guerra entre Israel y Hamas en Gaza en octubre de 2023, diciendo que actuaban en apoyo a los palestinos.
Israel ha llevado a cabo muchas rondas de ataques aéreos en Yemen en retaliación por los cientos de misiles y drones que los Houthis han lanzado contra el país.
Videos de Saná mostraron grandes columnas de humo negro elevándose desde al menos tres ubicaciones en la ciudad tras los ataques israelíes del jueves por la tarde.
El ataque ocurrió momentos antes de que la televisión Houthi Al-Masirah comenzara a transmitir un discurso del líder del movimiento, Abdul Malik al-Houthi.
Al-Masirah informó que los ataques apuntaron a áreas residenciales en los distritos de Maain y Sabaeen, así como a la central eléctrica de Dhahban. Publicó fotos que mostraban varios edificios destruidos y dañados.
El portavoz del ministerio de salud, Dr. Anees al-Asbahi, acusó a las FDI del “ataque deliberado y sistemático a instalaciones civiles, de servicio y residenciales”, lo que dijo que era “un crimen de guerra en todo el sentido de la palabra”.
Informó que ocho personas murieron y 142 resultaron heridas, y que entre ellas había civiles. Añadió que los equipos de rescate aún buscaban víctimas bajo los escombros.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, escribió en X que su país había “realizado un poderoso golpe a numerosos objetivos terroristas de la organización terrorista Houthi en Saná”.
Las FDI dijeron en un comunicado que los objetivos incluían el Cuartel General del Estado Mayor General militar Houthi, complejos de seguridad e inteligencia, el “cuartel general de relaciones públicas militares” de los Houthis y campamentos militares usados para almacenar armas.
“Las FDI actuarán contra los continuos y repetidos ataques del régimen terrorista Houthi contra el Estado de Israel, y llevará a cabo operaciones ofensivas adicionales contra el régimen Houthi en un futuro cercano”, añadió.
Un comunicado separado del ejército israelí dijo que una investigación sobre el ataque Houthi del miércoles en Eilat sugirió que el dron lanzado desde Yemen fue “detectado relativamente tarde, y que las sirenas de alerta se activaron de acuerdo con el protocolo”.
“Se hicieron intentos de interceptación usando el [sistema de defensa aérea] Iron Dome, pero no tuvieron éxito. La causa de eso ha sido identificada y se implementaron medidas correctivas”.
Desde el comienzo de la guerra en Gaza, las fuerzas israelíes han interceptado más del 98% de los drones lanzados hacia Israel por los Houthis, según las FDI.
El portavoz militar de los Houthis dijo que el ataque fue una “respuesta a los crímenes de genocidio y la peligrosa escalada llevada a cabo por el enemigo israelí contra nuestro pueblo en la Franja de Gaza”.
El 10 de septiembre, cuatro días después de que un ataque con dron Houthi al aeropuerto Ramon de Eilat hiriera a una persona, el ejército israelí realizó una serie de ataques en Saná y la provincia de al-Jawf que mataron a 35 personas, según el ministerio de salud controlado por los Houthis.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) dijo la semana pasada que 31 periodistas y trabajadores de apoyo a medios estaban entre los muertos en Saná y que el incidente constituyó el ataque único más mortífero contra la prensa mundial en 16 años.
El periódico yemení 26 de Septiembre dijo que todos menos uno de ellos habían trabajado en su oficina o en la sede de la Dirección de Orientación Moral del gobierno, ambas bombardeadas.
Las FDI dijeron en ese momento que habían apuntado al “Departamento de Relaciones Públicas Houthi”.