Los españoles parecen estar ajustando sus gastos durante las vacaciones, particularmente en lo que respecta a comer fuera de casa en restaurants para almuerzos y cenas. Los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de julio de 2025 muestran un descenso en la frecuencia con la que la gente cena fuera en sus periodos de asueto, lo cual podría estar vinculado a la situación económica y su impacto en el presupuesto de muchas familias.
En julio de 2025, solo un 19% de los encuestados afirmó que siempre acude a restaurantes durante sus vacaciones, en comparación con el 24% de 2024. Asimismo, la proporción de quienes comen fuera más de tres veces por semana disminuyó del 23,5% al 21,9%. Por el contrario, el porcentaje de personas que nunca van a un restaurante durante sus vacaciones aumentó ligeramente, del 6,6% en 2024 al 7,6% en 2025.
La caída en las visitas a restaurantes es particularmente notable en la categoría de “más de tres veces por semana”, que descendió 1,6 puntos porcentuales respecto al año anterior. Por otro lado, la opción más común sigue siendo acudir a restaurantes dos o tres veces por semana, con un 23,3% en 2025 frente al 27,4% de 2024. Esto sugiere que, si bien la práctica sigue estando extendida, los españoles están conteniendo los gastos.
Los expertos en comportamiento del consumidor subrayan que esta reducción podría estar ligada a la presión financiera que experimentan muchas familias españolas, las cuales buscan equilibrar su presupuesto vacacional y priorizar otros gastos, como el transporte, el alojamiento o las actividades de ocio. La encuesta del CIS sugiere que, ante la incertidumbre económica, la población está ajustando incluso hábitos de consumo tradicionalmente asociados a las vacaciones, como es el comer fuera.
A pesar de esta tendencia, la mayoría de los españoles continúa combinando el ocio vacacional con alguna salida a restaurantes, aunque de forma más moderada. Aquellos que acuden a restaurantes una vez por semana aumentaron ligeramente, mientras que quienes nunca van siguen representando una porción pequeña, aunque en crecimiento, de la población. En conjunto, los datos apuntan a un claro ajuste en los hábitos de consumo vacacionales, con menos visitas a restaurantes y una tendencia general a racionalizar el gasto, sin renunciar por completo al disfrute de comer fuera. Este cambio podría reflejar una combinación de factores, que van desde la preocupación por las finanzas domésticas hasta la búsqueda de opciones más económicas o actividades de ocio alternativas en los destinos vacacionales.
