¿’Presidente del Típex’ o el tan esperado salvador de Malawi?

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Tan solo cinco años después de ser destituido de manera dramática por una decisión judicial, Peter Mutharika está listo para regresar al poder como presidente de Malawi.

Mutharika, quien ocupó el cargo máximo desde 2014 asta 2020, al parecer ha triunfado en las elecciones generales de la semana pasada, usurpando a su rival de mucho tiempo, el presidente Lazarus Chakwera.

Mutharika les dijo a los votantes durante su campaña que la vida simplemente era mejor bajo su mandato. Malawi ha experimentado una de sus peores crisis económicas desde que Chakwera asumió el cargo.

Sin embargo, el historial del octogenario Mutharika también tiene sus manchas, desde acusaciones de corrupción hasta el fiasco que terminó con su primera presidencia.

Esta es la cuarta vez que se postula para el cargo, pero inicialmente, Mutharika no tenía la intención de dedicarse a la política.

Nacido en 1940 en la región de Thyolo, conocida por el cultivo de té, fue criado por dos maestros y desarrolló un amor por la educación.

"Crecí en una familia donde mis padres eran educadores, y yo mismo pasé toda mi vida en la educación superior, en siete universidades de tres continentes", comentó Mutharika en 2017, durante un discurso en la Universidad de Oxford en el Reino Unido.

Asistió a la Dedza Secondary School, una institución en el centro de Malawi conocida por formar a políticos notables, y estudió derecho en la prestigiosa Universidad de Yale en Estados Unidos durante la década de 1960.

Mutharika se convirtió en profesor, especializándose en justicia internacional. Pasó décadas fuera de Malawi, enseñando en universidades de Estados Unidos, Tanzania, Uganda y Etiopía.

Finalmente, dio un giro hacia la política en 2004, cuando su hermano mayor, Bingu, se convirtió en presidente de Malawi.

Mutharika regresó a su país para servir como asesor del nuevo presidente y, en 2009, fue elegido diputado por el gobernante Partido Democrático Progresista (DPP).

Sirvió en el gabinete de su hermano como ministro de Justicia, luego de Educación y después de Asuntos Exteriores.

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Mutharika pasó de los estudiantes y las aulas a los dignatarios y las visitas de estado

Mutharika escaló las alturas del poder de manera relativamente pacífica, pero surgieron tensiones en 2010, tras haberse reportado que Bingu planeaba nombrar a su hermano como el candidato presidencial del DPP para las elecciones de 2014.

"Cada semana, jefes de todo el país son presentados en la televisión nacional para cantar alabanzas a Peter Mutharika… Muchos ciudadanos están indignados, considerando esto un claro nepotismo", escribió el periodista malauí Francis Chuma en The Guardian.

Pero los planes de sucesión se interrumpieron abruptamente en abril de 2012.

A la edad de 78 años, el presidente sufrió un paro cardíaco y murió. Mutharika rindió un tributo al difunto líder en su funeral, describiéndolo como "mi hermano, mi amigo y también mi héroe".

Al quedar vacante la presidencia, surgió una lucha de poder. La constitución de Malawi establecía que si el jefe de estado muere en el cargo, la vicepresidente asume el mando, pero Bingu se había enfrentado con su vicepresidenta, Joyce Banda, por los polémicos planes de instalar a su hermano.

El DPP había expulsado a Banda, quien posteriormente formó un nuevo partido, el Partido Popular (PP), pero se negó a renunciar como vicepresidenta.

Cuando el presidente murió, sus seguidores intentaron instalar a Mutharika como líder en desafío a la constitución, pero finalmente Banda prevaleció y se convirtió en la primera mujer presidenta de Malawi.

A Mutharika se le acusó de traición después de ser señalado como parte de un complot para ocultar la muerte de su hermano y darle tiempo para maniobrar y evitar que Banda asumiera la presidencia.

Calificó los cargos como frívolos y políticamente motivados, y estos fueron retirados después de que fue elegido presidente en 2014, derrotando a Banda y a Chakwera con poco más del 36% de los votos.

Los partidarios de Mutharika dicen que su primer período en el poder mejoró a Malawi, señalando los miles de millones de dólares en préstamos chinos que aseguró para renovar la infraestructura del país.

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La inflación también bajó significativamente durante el primer mandato de Mutharika. Cuando sucedió a Banda, la tasa de inflación era del 24%; para cuando él se fue, se había reducido a un dígito.

Pero el mandato de Mutharika también tuvo apagones, escasez de alimentos y más de los escándalos de corrupción que han plagado durante mucho tiempo la política de Malawi.

En 2018, la agencia anticorrupción de Malawi acusó a Mutharika de recibir un soborno de un contrato de 2.800 millones de kwacha (1,6 millones de dólares) para suministrar alimentos a la policía.

Los malauíes salieron a las calles a protestar, pero luego fue absuelto de cualquier irregularidad.

A menudo se ha defendido como un proponente de la lucha contra la corrupción y la extravagancia, diciéndole a la BBC en 2015 que era "el único presidente en África que viaja en vuelos comerciales".

Aunque Mutharika superó las acusaciones de corrupción, terminó perdiendo la presidencia en uno de los momentos más dramáticos de la historia política de Malawi.

Mutharika se postuló para un segundo término en 2019 y, después del conteo de votos, fue declarado ganador.

Sin embargo, la Corte Constitucional anuló más tarde las elecciones, diciendo que hubo manipulación generalizada, incluido el uso de corrector líquido Tipp-Ex en las actas de resultados. Los comentaristas se burlaron refiriéndose a Mutharika como el presidente "Tipp-Ex".

Los jueces ordenaron una repetición de los comicios para 2020 y, asombrosamente, Chakwera ganó con el 59% de los votos.

Aunque Mutharika calificó la repetición como "inaceptable", la Corte Constitucional ganó reconocimiento internacional por salvaguardar la democracia y negarse a ser influenciada por el poder presidencial.

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Peter Mutharika juró como presidente por segunda vez en 2019, pero el cargo le sería arrebatado tras una decisión judicial sin precedentes

Sugirió que no se volvería a postular, pero sorprendió a muchos al entrar en la carrera presidencial de este año, diciendo que sus seguidores querían que salvara al país de Chakwera.

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Desde que Mutharika dejó el cargo, la inflación se ha disparado por encima del 30%. El ciclón Freddy, una sequía devastadora, la disminución de las reservas extranjeras y otros factores han empujado a muchos malauíes a la pobreza extrema.

Durante sus discursos de campaña este año, Mutharika le preguntó al público en el idioma local chichewa: "Munandisowa eti? Mwakhaula eti? (¿Me extrañaron, cierto? Han sufrido, ¿verdad?)".

Pero Mutharika rara vez fue visto en público durante la campaña, en contraste con Chakwera, quien realizó numerosos mítines por todo Malawi.

Como resultado, hay muchos rumores sobre la salud de Mutharika y existen dudas sobre si tiene la energía para liderar Malawi nuevamente a los 85 años.

Aun así, los votantes han depositado su confianza en él. Incluso triunfó en áreas que se sabían eran bastiones de Chakwera, como la capital, Lilongwe, y Nkhotakota.

Si bien su carrera política ha sido agitada, la vida personal de Mutharika es relativamente tranquila. La agencia de noticias AFP lo describe como "reservado", mientras que el Mail & Guardian de Sudáfrica escribió que "sus amigos dicen que es un hombre estudioso, más cómodo con los libros que con los mítines políticos".

Mutharika tiene tres hijos de su primera esposa, Christophine, quien murió en 1990. En junio de 2014, se casó con la ex parlamentaria del DPP Gertrude Maseko.

La pareja está lista para regresar a la residencia presidencial, pero esta vez la agenda de Mutharika será mucho más pesada.

Muchos malauíes realmente han sufrido, como Mutharika señaló en sus discursos de campaña. Así que, una vez que el polvo de su improbable regreso se asiente, la nación estará observando, atentamente, para ver si cumple su promesa de llevarlos de vuelta a tiempos mejores.