Desde que se anunció, Alien: Earth fue una apuesta muy arriesgada. La película de Ridley Scott (y la primera secuela de James Cameron) presentaba al xenomorfo como un villano clásico. Era imparable. Parecía imposible de matar. Se le veía principalmente en destellos, y su única motivación era la muerte. Cuando las películas posteriores intentaron ampliar su mitología, su impacto solo se diluyó. Así que la idea de someterlo a una serie de televisión completa –diseñada para durar varios años, nada menos– arriesgaba a destruirlo por completo.
Y aún así, Alien: Earth es un éxito rotundo. Pero esto en realidad no tiene mucho que ver con el xenomorfo. En su lugar, casi todo el mérito se lo ha llevado un nuevo alienígena; uno cuya inteligencia, amenaza y rareza superan casi todo lo que la franquicia nos había dado hasta ahora. Sí, es hora de reconocer al “demonio oveja ojo”.
Cuando anunciaron la serie, los detalles generales de la trama –y todo el material promocional– sugerían una serie donde un xenomorfo aterrizaría de emergencia en la Tierra y pasaría ocho horas matando a todos. Esto es parcialmente cierto, pero la serie apostó por mostrarnos otras especies extraterrestres que fueron capturadas en el espacio al mismo tiempo.
La clave entre ellas era el *trypanohyncha ocellus*, una criatura que se describe mejor como un globo ocular con múltiples iris pegado a un conjunto de tentáculos de pulpo. A bordo de la desafortunada nave espacial, el ocellus pudo sentir el peligro y liberarse de su contenedor, desatando horrores indescriptibles en la tripulación. En un episodio de flashback, vimos al ocellus meterse en la cuenca del ojo de su primer anfitrión (un tripulante interpretado por Michael Smiley), dándole la capacidad intelectual de invocar xenomorfos y (como se vio en una batalla donde saltó sobre la espalda de uno y lo mordió) la capacidad física de causarles dolor.
Sin embargo, hasta ahora, la forma definitiva del ocellus ha sido la oveja. Pasó la mayor parte de la primera temporada metido profundamente en la cuenca ocular de una oveja normal, que luego se convirtió en la criatura más aterradora jamás vista en la televisión. Desde que fue invadida por el ocellus, la oveja ha hecho muy poco excepto quedarse quieta en un sitio, con un ojo parasitario sobresaliendo de su cara mientras miraba con amenaza a todo lo que la rodeaba.
Usurpado … ábrete paso, xenomorfo – hay un nuevo contendiente para el peor monstruo de la historia. Fotografía: FlixPix/Alamy
Pero incluso con un anfitrión tan dócil como una oveja, el ocellus ha causado estragos. Esperó una oportunidad para embestir las paredes de vidrio de su celda de contención, distrayendo a un científico el tiempo suficiente para que fuera comido. Y, desde la semana pasada, sabemos que puede: a) identificar el número pi con al menos cuatro dígitos; y b) hacer caca cuando se enoja.
La genialidad del ocellus es cómo contrasta tanto con el xenomorfo. Ese es puro instinto y reacción; este espera, observa y analiza con calma, decidiendo el momento preciso para causar el máximo daño. Es más, es indiscutiblemente malicioso por diseño – y esto es lo que lo hace tan completamente aterrador.
Debo aclarar que escribo esto antes de ver el final del miércoles. Según el episodio de la semana pasada, parece que el plan es quitar el ocellus de la cabeza de la oveja e implantarlo en la cabeza de un humano con un “CI más bajo”. Ya hemos visto un indicio de lo que puede hacer cuando está dentro del cráneo de una persona, pero el episodio de flashback hizo un buen trabajo ocultando muchas de sus habilidades. Sabemos, como mínimo, que puede hablar con los xenomorfos. Pero esta es una habilidad que comparte con Wendy, la humana híbrida interpretada por Sydney Chandler. ¿Cómo reaccionará un xenomorfo ante dos humanoides luchando por controlarlo? Debemos cruzar los dedos y esperar que el final sea el momento “Kramer vs Kramer” de la franquicia de Alien.
Más allá de eso, todo es impredecible. Después de todo, considerando la devastación que el ocellus ha podido causar como una oveja, solo hay que imaginar todos los horrores que podría desatar en el mundo con un cerebro más grande, lenguaje comunicable y pulgares oponibles.
Esta es la razón por la que el ocellus ha sido el arma secreta de Alien: Earth todo el tiempo. Una serie de televisión de larga duración no puede sostenerse solo con los dramas de un xenomorfo. Pero el ocellus puede pensar. Puede planear. Puede evolucionar. Es una obra maestra de diseño y ejecución. Y, siempre que nadie lo aplaste en el final (algo que probablemente alguien debería intentar al menos), es el alienígena del que la Tierra debe preocuparse más urgentemente.
Alien: Earth está disponible en Disney+. El final se emite el 24 de septiembre.