Un juicio por asesinato en Francia que comensó el lunes tiene fascinado al público por el misterio que lo rodea: ¿dónde está el cuerpo de la víctima?
Cédric Jubillar, un pintor-decorador de 38 años, está acusado de matar a su esposa Delphine hace casi cinco años en un ataque de celos.
Siempre ha negado los cargos y, aparte de evidencia circunstancial, los investigadores han tenido dificultades para construir un caso. No hay cuerpo, no hay sangre, no hay confesión ni testigos.
Con su hecho central sin explicar y su elenco de personajes de un pueblo del sur de Francia, el caso se ha vuelto una sensación en las redes sociales.
Investigadores autoproclamados han creado innumerables grupos de chat donde intercambian teorías y comparten testimonios, para gran molestia de la policía y las familias.
“Estos grupos son el equivalente a la barra de un bar, pero con más gente”, dijo el psicoanalista Patrick Avrane, autor de un libro sobre actitudes hacia el crimen. “Cada uno construye la teoría que mejor le conviene.”
El misterio Jubillar comenzó en pleno confinamiento por Covid, cuando en la madrugada del 16 de diciembre de 2020, Cédric Jubillar contactó a los gendarmes para reportar la desaparición de su mujer.
Delphine, que tenía 33 años en ese entonces, era enfermera nocturna en una clínica cerca de su casa en Cagnac-les-Mines, en la región de Occitania. La pareja tenía dos hijos, de seis años y 18 meses.
La policía entendió que los Jubillar no tenían una relación feliz. Cédric consumía cannabis habitualmente y apenas mantenía un trabajo. Delphine tenía una relación con un hombre que conoció por Internet. Ella y Cédric hablaban de divorcio.
La policía y los lugareños realizaron busquedas extensivas en el campo circundante, con espeleólogos bajando a minas abandonadas que hay en la zona.
El cuerpo de Delphine nunca fue encontrado, pero gradualmente se construyó un caso contra su esposo y a mediados de 2021 fue acusado formalmente y detenido.
La fiscalía en el juicio en la ciudad de Albi dirá al tribunal que Cédric Jubillar tenía una motivación clara para matar a su esposa, debido a su proxima separación.
Los abogados presentarán otros puntos: ciertas acciones extrañas de Cédric la noche de la desaparición; signos de una pelea, incluyendo unas gafas rotas; un vecino que escuchó a una mujer gritar.
El propio carácter de Cédric Jubillar será examinado, con testigos que hablarán de su lenguaje amenazante hacia Delphine antes de que desapareciera, y su aparente falta de preocupación después.
Dos de sus conocidos – un excompañero de celda y una expareja – también repetirán lo que dijeron a la policía: que Cédric les confesó el asesinato y les dijo dónde estaba el cuerpo.
Pero después de más excavaciones no se ha encontrado el cuerpo, y se espera que la defensa cuestione la veracidad de los relatos de este par.
De hecho, el corazón del caso de Cédric Jubillar es que no hay nada – más allá de la opinión popular de que él es el culpable ideal – que pruebe que él mató a su mujer. Él mismo siempre ha protestado su inocencia.
Se espera que el juicio dure cuatro semanas, con 65 testigos citados y 11 peritos. Se han compilado más de 16,000 páginas de evidencia.
Explicando el interés público en el caso, el escritor Thibault de Montaigu dijo en el periódico Le Figaro que era como “una novela de Georges Simenon” – creador del detective ficticio Inspector Maigret.
En un largo análisis, dijo que a pesar de toda la evidencia circunstancial en contra de Cédric Jubillar, la pregunta central era esta: ¿cómo un “tipo de ojos rojos y mente nublada que fumaba diez porros al día” pudo haber cometido el crimen perfecto?
“Matar a su esposa sin dejar el más mínimo rastro; transportar su cuerpo en secreto, enterrarla en un lugar imposible de encontrar, y luego volver para hablar con la policía – todo mientras sus dos hijos dormían tranquilamente en sus habitaciones.
“Y este era un tipo que recibió a los policías en pijama de panda y luego jugó al Juego de Tronos en su teléfono la misma mañana de la desaparición.
“Entonces: ¿genio tramposo; tonto con suerte; o pobre inocente?”
El tribunal decidirá.
