El gigante bancario español BBVA ha incrementado en un 10% su oferta de adquisición hostil sobre su rival Banco Sabadell, declarando que esta será su oferta final sin mejoras ni prórrogas adicionales.
La entidad con sede en Bilbao anunció esta mejora apenas dos días antes del plazo oficial para modificar la oferta, revelando que ahora intercambiará una acción de BBVA por cada 4,8376 acciones de Sabadell.
La oferta anterior combinaba acciones con efectivo, lo que generaba complicaciones fiscales para los accionistas.
El presidente de BBVA, Carlos Torres, ha estructurado la nueva operación como una transacción completamente en acciones, eliminando la penalización fiscal que disuadía a los inversores.
El banco afirmó que la transacción sería ‘fiscalmente neutra’ para los accionistas si se alcanza una aceptación superior al 50%, lo que significa que los participantes no afrontarán impuestos sobre plusvalías del 19-28%.
La oferta mejorada valora las acciones de Sabadell en 3,39 euros cada una –su nivel más alto en más de una década– y sitúa el precio total de la adquisición en 17.000 millones de euros, por encima de los 12.200 millones iniciales de la oferta hostil lanzada en mayo de 2024.
Sin embargo, las acciones de Sabadell se desplomaron más de un 4% en la apertura del mercado el lunes, mientras que BBVA perdía casi un 2%.
La reacción del mercado refleja el escepticismo de los inversores sobre las perspectivas del acuerdo.
El consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, rechazó la oferta mejorada, declarando a la cadena Onda Cero: “La oferta es mala porque es peor que la original que nos hicieron.”
Señaló que los accionistas de Sabadell poseerían ahora el 15,3% de la entidad resultante, frente al 13,6% anterior, pero aún por debajo del 16,2% propuesto inicialmente.
La decisión de BBVA de eliminar la incertidumbre sobre mejoras futuras fue impulsada en parte por la presión de González-Bueno, quien había exigido a Torres que se comprometiera por escrito a no extender o mejorar la oferta más allá de la fecha límite.
Pero el acuerdo enfrenta grandes obstáculos. A pesar de que los propios clientes de Sabadell poseen alrededor del 40% de las acciones del banco, muy pocos inversores han mostrado interés en vender a BBVA hasta el momento.
Para que la adquisición tenga éxito, BBVA necesita que al menos la mitad de los accionistas de Sabadell acepten la oferta.
Si participan menos accionistas pero la cifra se mantiene por encima del 30%, la ley española obligaría a BBVA a realizar una segunda oferta –esta vez pagando íntegramente en efectivo en lugar de acciones.
El plazo original del 7 de octubre ha sido pospuesto ahora al 10 de octubre mientras la autoridad supervisora española revisa la nueva propuesta.
Una vez aprobada, el consejo de Sabadell dispondrá de cinco días para emitir su veredicto oficial.
De tener éxito, la fusión crearía el segundo banco más grande de España.
No obstante, el acuerdo ha encontrado una feroz oposición por parte de los directivos de Sabadell y de ministros del gobierno español, quienes temen que pueda reducir la competencia en el mercado bancario.
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