Medio centenar de vuelos cancelados este lunes en Bruselas

El Aeropuerto de Bruselas ha solicitado a las aerolíneas que cancelen la mitad de sus salidas previstas para el lunes 22 de septiembre, mientras que el sector de la aviación europea continúa lidiando con las consecuencias de un grave ciberataque ocurrido el viernes. La disrupción proviene de fallos en el sistema de facturación operado por Collins Aerospace, cuya actualización de software fue comprometida durante el incidente.

El domingo, 75 vuelos fueron cancelados y la terminal anunció que cerca de 140 salidas previstas para el lunes no se llevarían a cabo, lo que representa aproximadamente la mitad de su programación. La medida busca reducir la congestión y gestionar la capacidad operativa limitada resultante de la falla técnica. Se ha instado a las aerolíneas y pasajeros a verificar el estado de sus vuelos antes de dirigirse al aeropuerto.

El ciberataque ha tenido repercusiones en varios centros neurálgicos europeos, incluyendo el Heathrow de Londres y el Berlin Brandenburg, causando retrasos y cancelaciones generalizadas durante el fin de semana. No obstante, Bruselas parece haber sido uno de los más afectados, con autoridades confirmando que las operaciones de facturación siguen siendo parcialmente funcionales. La administración del aeropuerto señaló que la reducción de vuelos del lunes era necesaria para garantizar la seguridad y no saturar al personal en tierra. La perturbación ha afectado tanto a pasajeros como aerolíneas. Viajeros reportaron largas colas, embarques demorados y confusión ante los constantes cambios en los itinerarios. Algunos pasajeros se vieron forzados a pernoctar en hoteles o buscar conexiones alternativas. Las aerolíneas han advertido que los efectos secundarios podrían extenderse durante la semana, mientras muchas luchan por reprogramar miles de viajeros varados.

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Las autoridades colaboran con Collins Aerospace para restablecer el servicio por completo, aunque la compañía ha reconocido que la implementación de una actualización segura está tomando más tiempo de lo previsto. No se ha divulgado plenamente la naturaleza precisa del ataque, pero se confirmó que fue una intrusión dirigida que afectó sistemas claves para el procesamiento de pasajeros. El gobierno belga ha llamado a la calma, recalcando que se prioriza la seguridad operacional y física. Los reguladores de aviación europeos monitorean de cerca la situación, conscientes de que la magnitud de la disrupción plantea interrogantes sobre la resiliencia de los sistemas informáticos aeroportuarios frente a amenazas cibernéticas.

Por ahora, los viajeros que transitan por Bruselas enfrentan incertidumbre continuada. Funcionarios del aeropuerto expresaron su pesar por las molestias, pero enfatizaron que recortar los vuelos del lunes era la única manera de mantener operaciones manejables. Con la causa del ciberataque aún bajo investigación, los pasajeros en Europa se preparan para más turbulencia en los próximos días.