En A Big Bold Beautiful Journey, el director Kogonada crea un drama romántico ambicioso y visualmente impactante que une a Margot Robbie y Colin Farrell en una historia sobre el amor, el autoconocimiento y las segundas oportunidades. La premisa—el encuentro casual de dos desconocidos en un viaje a través del país, cada uno lidiando con sus propias cargas emocionales—es innegablemente hermosa. Promete una exploración sincera de la conexión humana y momentos íntimos.
La historia se desarrolla cuando David (Farrell) y Sarah (Robbie), cada uno con sus propios problemas, alquilan coches en una agencia excéntrica manejada por dueños peculiares (Phoebe Waller-Bridge y Kevin Kline). Esto prepara el terreno para un viaje metafísico, guiado por un GPS inusual que los lleva a través de "puertas mágicas" para revivir momentos cruciales de sus pasados. El diálogo de Reiss es agudo y auténtico, con reflexiones conmovedoras sobre cómo las experiencias pasadas moldean nuestras identidades presentes. La estructura de road-trip se enriquece con estos desvíos surrealistas, revelando nuevas capas del panorama emocional de los personajes.
Margot Robbie y Colin Farrell ofrecen actuaciones cautivadoras, con una química tanto tierna como eléctrica. El exterior reservado de Sarah (Robbie) se desmorona gradualmente al enfrentar viejas heridas, pero mantiene su encanto característico. David (Farrell), un hombre que lucha con sus inseguridades, es igualmente complejo; su humor seco y profundidad emotiva anclan los elementos más fantásticos de la película.
El guion, aunque a veces poético, es donde A Big Bold Beautiful Journey tropezó para mí. Los antecedentes de los personajes, aunque interesantes, da la sensación de que busca una resonancia emocional más profunda que el guion no termina de apoyar. El resultado es una historia agradable pero no tan conmovedora como podría ser.
A pesar de sus defectos, A Big Bold Beautiful Journey sigue siendo una película disfrutable, en gran parte debido a la actuación estelar de Margot Robbie y el innegable encanto del filme. No es una comedia romántica convencional, sino una meditación sobre cómo enfrentar el pasado puede abrir la puerta a un futuro más audáz. Es una película para una cita con sustancia, una rara mezcla de romance, comedia e introspección existencial.
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