La película Him, una producción de terror de Jordan Peele que sigue el molde psicológico de Us, se aleja de la fórmula sentimental y optimista que ha definido las películas estadounidenses de deportes desde Chaplin. El fútbol americano, conocido por devorar a los jóvenes, es reinterpretado como una auténtica picadora de carne para Cameron Cade (Tyriq Withers), un mariscal de campo universitario considerado el sucesor de Isaiah White (Marlon Wayans), el Tom Brady de este mundo. Pero cuando una fuerte lesión en la cabeza pone en peligro sus aspiraciones profesionales y su sueldo millonario, Cameron acepta entrenar y rehabilitarse en el complejo desértico de Isaiah, una casa embrujada de vicios que amenaza con tragárselo entero.
Him no es una crítica sutil al pasatiempo favorito de EE.UU. La película comienza con Isaiah rompiéndose la pierna en un partido crucial, mientras el joven Cameron observa la horrible lesión desde su sala, con su padre grabándole la mentalidad de “sin esfuerzo no hay gloria”. Reintroduce el fútbol, muy acertadamente, como un verdadero mercado de carne donde los jugadores son examinados como ganado. El director Justin Tipping incluso cambia a visión de rayos X para mostrar el daño subyacente de los constantes golpes del fútbol, uno de sus muchos toques visuales estilosos.
Pero mientras que una película como F1 puede estirar la verdad para un público que no nota la diferencia, en Him cuesta mucho creer lo que se ve. Dado el lugar central del fútbol en la vida americana, es probable que los espectadores ya sean muy conscientes del privilegio y influencia que tienen los mariscales, y por tanto, les resulte difícil creer que un prospecto del calibre de Cameron tenga que pasar por los mismos desafíos físicos que un receptor mediocre. Otro punto difícil de tragar es ver a Wayans, de 53 años, interpretando a una leyenda en decadencia, y mucho menos una que puede pagarse un complejo en el desierto; algo más común en el béisbol, donde los contratos están totalmente garantizados.
La película le da mucha importancia a que Cameron demuestre sus habilidades en un combine, una entrevista de trabajo que los mejores mariscales ahora suelen ignorar. Su condición física se vuelve una obsesión, aunque actualmente quarterbacks destacados en la NFL presuman de ‘dad bods’. A Cameron e Isaiah se los presenta como jugadores excepcionales sin una demostración práctica que lo justifique. Isaiah es establecido como mentor de Cameron, aunque un QB profesional luchando por mantener su trabajo jamás asumiría ese rol. Basta recordar: el entrenamiento para ser reemplazado fue un punto central de conflicto en Any Given Sunday, una película que logra mostrar los horrores del fútbol profesional sin mucha distorsión.
Sin una base firme en la realidad, Him derrapa sin remedio hacia el teatro kabuki y arruina su propia crítica. Es una lástima, porque la película tiene cosas interesantes que decir sobre el deporte, específicamente, su mezcla de valores cristianos blancos y el nacionalismo americano. En el mundo real, se enseña a los jugadores a ordenar sus vidas en tres pilares: Dios, la familia y el fútbol. Pero en Him, Isaiah pone el fútbol por encima de lo divino y habla con serenidad sobre cómo “Él murió por nosotros, así que yo juego para Él”. El equipo profesional se llama los Salvadores, y la foto de Isaiah aparece entre los trofeos del joven Cameron como una estampa religiosa entre velas, un verdadero santuario.
Tipping, uno de los tres guionistas, usa el concepto del GOAT (el más grande de todos los tiempos) para presentar el fútbol como una religión pagana, con sacramentos de sangre y sacrificios tangibles, alternando símbolos cristianos con imaginería oculta. Una toma en particular, de Cameron en una sesión de fotos al estilo de la Última Cena en la posición de Jesús, hizo que varios espectadores en mi screening de Atlanta se fueran. Uno puede imaginar a los fans temerosos de Dios –supuestamente el público objetivo de Him– ofendéndose de manera similar.
Las actuaciones más memorables vienen del reparto de apoyo. Tim Heidecker y Jim Jefferies brillan como el agente de Cameron y el médico de Isaiah, respectivamente, y la modelo Julia Fox es una grata sorpresa como la esposa de Isaiah. Pero no es suficiente para contrarrestar los tics exagerados de Wayans o sostener una historia que pide creer que él es “him” –un neologismo para “el hombre”. Lo que pudo ser una crítica feroz a la picadora de carne del fútbol americano termina alimentando el mismo apetito por la carnicería humana que los fans adoran. Sin importar cómo la veas, como slasher o película deportiva, Him es un balón suelto.
