En el corazón del Geoparque Mundial de la Unesco de Las Loras, en la frontera entre Palencia y Burgos, se halla una de las joyas ocultas más impresionantes de España: la cascada de Covalagua.
Alimentada por el río Ivia, la cascada se precipita casi 200 metros por terrazas de caliza enriquecidas con carbonato cálcico, creando pozas y delicadas formaciones rocosas.
Durante la época de lluvias o el deshielo primaveral, su caudal aumenta, transformando el paraje en un espectáculo natural de gran dramatismo.
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La caminata hasta Covalagua es breve y atractiva. Desde el aparcamiento cercano, se tarda solo 10 minutos en alcanzar las cataratas por un bosque de hayas umbrío, donde robles y avellanos añaden encanto.
En otoño, el sendero se convierte en un mosaico de hojas doradas, rojas y ocres.
La zona más amplia de Las Loras es conocida por sus inusuales paisajes kársticos y sus imponentes parameras, a veces descritas como “fortalezas naturales” que se alzan por encima de los 1.000 metros.
Estas formaciones, habitadas desde el Paleolítico, estan salpicadas de cuevas, acantilados y arroyos ocultos, ofreciendo una mezcla de geología e historia.
Cerca de la cascada, los visitantes pueden explorar la Cueva de los Franceses, una gruta vinculada a la leyenda de soldados franceses muertos durante la Guerra de Independencia.
Un kilómetro más adelante, el mirador de Valcabado despliega vistas panorámicas sobre el hayedo de Monte Ahedo, el valle de Valderredible y los pueblos cercanos.
Para los amantes de la naturaleza, se trata de un itinerario que combina cataratas, cuevas y panorámicas montañosas en una ruta compacta y accesible.
Se puede llegar a Covalagua en poco menos de una hora desde Palencia por la N-611 y A-67, o en unos 55 minutos desde Burgos por la A-73 y N-627.
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