Una crisis se cierne sobre los perros abandonados de Benalmádena ante el inminente cierre del refugio Fidelio, una organización sin ánimo de lucro que ha prestado servicio a la localidad durante más de treinta y cinco años y que se ve forzada a clausurar sus puertas para el 31 de julio. Los voluntarios, quienes han paseado a miles de canes, les han brindado cuidados y han concienciado a la población, se muestran absolutamente desolados.
“El Ayuntamiento prometió garantizar la seguridad de estos animales, pero ahora el terreno que ocupa el refugio será sustituido por un restaurante y un aparcamiento, sin que las autoridades locales hayan proporcionado una alternativa clara”, afirma Jaz, una voluntaria de Fidelio.
El cierre ha dado lugar a una política desgarradora: no se admitirán nuevos perros, lo que deja a muchos animales abandonados enfrentándose a una muerte segura. Canes como Tyson, Byron, Maya, Eva y Omar, ya residentes en el refugio, son testigos del estrés. “Tyson se encoge, Byron gime, Maya se esconde, Eva tiembla y Omar mira confundido cuando suena el timbre y no llegan nuevos compañeros”, relató Jaz. La comunidad está saturando a los voluntarios con súplicas desesperadas de auxilio. Los recientes cambios legislativos han generado situaciones económicamente insostenibles para muchos propietarios de perros, y, sumado a las tendencias en redes sociales que han convertido la tenencia de mascotas en un capricho, muchos de estos seres vivos se han vuelto tan desechables como la ropa low cost. Hasta la fecha, el único alternative disponible para los perros abandonados o fugados en Benalmádena es un centro privado donde son sacrificados.
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Los activistas exigen acción inmediata al consistorio: construir y operar un nuevo refugio antes del 1 de agosto, cesar el rechazo de animales, priorizar su protección y garantizarles unos cuidados adecuados. Advierten de que los votores responsabilizarán a los oficiales en las próximas elecciones por cada perro rechazado.
Los responsables de Fidelio claman por ayuda. Instan a unirse a la lucha por los perros de Benalmádena y a firmar la petición para exigir un cambio. Contacte con el ayuntamiento para demandarlo en el 952 57 98 00, o envíe un mensaje al alcalde en su Facebook, o a la concejala responsable de bienestar animal, o al consistorio mismo.