Megan Thee Stallion. Patti LaBelle. Kylie Minogue. Dos quintas partes de las Spice Girls. Estos son solo algunos de los artistas multiplatino que aparecen en el tráiler de KPOPPED, lleno de canto y baile, y que, sinceramente, se veía épico. Si hubiera tenido que reseñar este nuevo concurso de canto producido por Lionel Richie basándome solo en esos 109 segundos –llenos de pirotecnia escénica y Megan interpretando una versión K-pop de su éxito Savage–, sin duda le habría dado cinco estrellas.
Lamentablemente, la serie en sí no es tan irresistible. Cada uno de los ocho episodios sigue el mismo formato: un grupo de chicos o chicas coreano ya establecido se divide en dos mitades, y cada una es emparejada con un artista occidental solista diferente para reinterpretar uno de sus éxitos. Luego interpretan esa versión juntos, junto con coreografías de precisión militar. Al final de cada episodio, el público en el estudio decide qué canción fue “kpoppeada” de manera más efectiva (no se dan métricas exactas, pero básicamente se reduce a “cuál es la más animada y quizás un poco intimidante también”). Cuando hay bandas como Boyz II Men, el programa prescinde de dos artistas invitados y cada grupo simplemente actúa dos veces (una con cada mitad del grupo coreano), compitiendo efectivamente contra sí mismo. Ya sé, ya sé, no tiene mucho sentido. Quejense con Apple de eso.
Así que, aunque hay muchas estrellas, la acción parece forzada y muy formulica. Suele haber un reconocimiento por parte de los artistas invitados de que el K-pop “está de moda”, algo que sus hijos o nietos conocen mejor que ellos, mientras que los coreanos hablan vagamente de lo icónicos que son los invitados. Hay intercambios culturales de bajo riesgo, como Megan comiendo unos fideos ramen picantísimos; Kylie Minogue aprendiendo un baile tradicional coreano; y Emma Bunton y Mel B asistiendo a una ceremonia del té. Luego, como por arte de magia, se crean dos versiones aprobadas por los artistas, con letras y coreografías aprendidas en solo 48 horas. Después, llegan las actuaciones en vivo frente a un público deslumbrado, que seguramente escucharía a grupos como ITZY y Ateez cantando hasta la guía telefónica. Psy, estrella de Gangnam Style y anunciado como co-presentador, en realidad se limita a cameos pregrabados; es la incansable Soojeong Son, una actriz coreano-americana, quien presenta el show en el escenario.
El resultado es inofensivo pero también carece de ambiente, y es un intento bastante evidente de aprovechar la popularidad del K-pop. No sugiero que volvamos a los viejos tiempos de Simon Cowell aplastando las ilusiones de gente normal en la televisión en prime time. Pero KPOPPED demuestra que los concursos de canto necesitan fricción, drama y quizás alguna nota desafinada de vez en cuando. Aquí, todo parece fluir sin problemas, aunque la logística debió ser una locura (“¿Hicisteis que Patti LaBelle hiciera esto?”, pregunta Taylor Dayne, la cantante de Tell It to My Heart, mientras cocina caracoles). A menos que ya seas un conocedor del K-pop, es poco probable que aprendas mucho aquí, excepto que los involucrados trabajan muy, muy duro, que las chicas de los grupos coreanos te pueden provocar dismorfia corporal, y que los chicos tienen los cortes de pelo con flequillo más rígidos que se hayan visto. Megan –que también hace un poco de presentación– describe el K-pop como “un campo de entrenamiento”. Aparte de Jess Glynne describiéndolo como un “sistema”, esto es lo más cerca que estamos de reconocer lo regimentadas que son las carreras pop de sus contrapartes. (Quizás no sea sorprendente, considerando que el gigante del entretenimiento coreano CJ ENM co-produjo la serie).
Por eso, los mejores momentos son los que son un poco caóticos. Boy George intentando cantar en coreano. T-Boz de TLC esforzándose por seguir una coreografía de alta energía. Mel B decidiendo que la coreografía sincronizada no es para ella y haciendo lo suyo. Vanilla Ice cambiando los pasos de baile de Ice Ice Baby volviendo a su rutina original de 1990, dejando a las miembros de Kep1er (se pronuncia Kepler) hechas un lio. Aun así, estos problemas se resuelven rápidamente y las actuaciones salen sin ningún problema. Hasta una versión de Karma Chameleon resulta, sorprendentemente, bastante decente.
El episodio final es una revelación, pero no por nada relacionado con el K-pop. Resulta que Boyz II Men suenan tan bien como hace 30 años, y su versión de End of the Road con la cantante de Blackswan, Nvee (que es estadounidense), es una verdadera delicia. Aunque suena sospechosamente parecida al original. Así que no está tan “kpoppeada”, sino simplemente… hecha en Corea.
KPOPPED ya está disponible en Apple TV+.
