Turistas en Granada disfrutando de las vistas de la Alhambra.
Crédito: Mazur Travel – Shutterstock
En los últimos años, España se ha consolidado como un destino cada vez más atractivo para el turismo estadounidense. Tan solo la terminal de llegadas del aeropuerto de Málaga registró un incremento del 26.1% en visitantes procedentes de Estados Unidos durante 2024, con un total de 220.615 viajeros.
Este auge refleja una tendencia más amplia: los ciudadanos americanos eligen España por su irresistible combinación de alojamientos de alta calidad, una cultura rica y una conectividad mejorada gracias a los vuelos directos desde ciudades como Nueva York. Los ingresos por turismo alcanzaron la cifra récord de 21.200 millones de euros, afianzando el estatus de España como un imán para el dólar estadounidense. Para comprender este creciente interés, preguntamos a americanos en España sobre los factores clave que impulsan su atracción por este país.
Los turistas americanos buscan autenticidad
Sam Miller, por ejemplo, destaca el atractivo de lo auténtico: “Siempre buscamos una experiencia genuina, un servicio excelente y buena comida. Un ambiente acogedor y una experiencia muy libre y segura a la que siempre podamos volver; por eso la grosería de los camareros españoles nos resulta chocante, pero la aceptamos como parte del entorno cultural”. Por su parte, Grant E. Trobaugh menciona como alicientes “una buena relación calidad-precio, un servicio consistente y una calidad de producto fiable”.
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Aunque el sol, el mar y la playa son menos esenciales para muchos (excepto para quienes viajan con niños pequeños), la exploración cultural gana protagonismo. Noel Morata lo explica así: “El alcohol, la comida y la playa no son tan importantes para nosotros en comparación con explorar lo único e histórico, probar nuevas gastronomías y apreciar las diferencias culturales en la danza, la música y las artes”. De manera similar, Heather Wallace recomienda: “Aprende sobre la historia del lugar. Visita un castillo. Recorre una viña, un olivar o un naranjal. Ve en bicicleta, haz senderismo. Admira el interior de una iglesia antigua. Prueba comidas nuevas, descubre ruinas romanas. Prueba el vermut”.
Robert Diamant señala que “Las grandes ciudades (Barcelona, Madrid y Sevilla) suelen atraer a los americanos por los ‘imprescindibles’ culturales, la historia, la gastronomía, el arte y la vida nocturna. En la Costa del Sol, muchos buscan el estilo de vida playero, pero también esperan cosas como menús en inglés, WiFi fiable y cierto grado de comodidad”. Jenna Coates coincide pero añade un matiz: “También es divertido comparar experiencias en lugares que ya conocemos, pero en distintos países. Aunque probamos comidas nuevas y la experiencia de las tapas, ir a Starbucks, McDonald’s o Burger King resulta una experiencia entretenida, aunque no todo el tiempo”.
Para algunos americanos, es la conexión con España
Para algunos, España resulta familiar y a la vez distinta. Sharon Byrne, de California, observa: “Viniendo de California, que es una versión de la Nueva España, el lugar me resulta familiar pero mejor: un clima similar y superior, y lo que no puedes encontrar en América: un sentido de comunidad real, respeto por los mayores y una prioridad por lo social y por vivir la vida de verdad”. Este sentido de la comunidad cala hondo en David Ellingson Eddington, quien percibe una lealtad y conexión únicas entre la gente, lo que hace eco a las observaciones de la autora Erin Meyer sobre cómo las vastas distancias en EE. UU. crean un contraste social marcado.
A medida que los turistas americanos acuden a España, las empresas deberían tomar nota de sus preferencias particulares. Estos viajeros buscan sofisticación, inmersión cultural y un sentido de familia y comunidad, impulsados además por un tipo de cambio favorable que, por supuesto, incentiva el gasto.
