“Me gustan las recetas que tardan como cuatro horas. No hago recetas rápidas para nada. Me gusta brasear.”
“Wow, eso es tan fascinante.”
Pero, ¿lo es? ¿De verdá? Netflix claramente apuesta a que sí. La segunda temporada de *With Love, Meghan* ya está aquí, aunque junto con la noticia de que el nuevo acuerdo de los Sussexes con la plataforma no es otra extravagancia de 100 millones por cinco años, sino un contrato de primera opción menos espectacular que le da a Netflix el derecho de preferencia sobre cualquier programa que la pareja cree.
Tan France, el experto en moda de *Queer Eye*, pone pan fresco en la tostadora antes de hacer torrijas para que absorba más. “¡Es tan bueno que la gente sepa eso!” dice Meghan. Pero, ¿lo es? ¿De verdad?
Ese tipo de preguntas –bueno, ligeras variaciones de esa misma pregunta– abundan mientras volvemos a ver qué está cocinando Meghan (o armando con frutas, flores, cordel y etiquetas) en la cocina de un desconocido en Montecito.
El punto máximo probablemente es Chrissy Teigen –modelo, mamá, autora y fanática del brasado, con quien Meghan trabajó una vez como modelo de maletines en *Deal Or No Deal*– y una aparición insultantemente breve de su esposo, el magnate de la música John Legend. Teigen aporta mucho, mientras rememoran cómo hacían fila para que les pusieran pestañas postizas el equipo del programa y luego se las quitaban y guardaban en una bolsa al salir, posiblemente para reusarlas. Teigen tiene tatuadas las fechas de nacimiento de sus cuatro hijos en el brazo, pero algunas están tan borrosas que no se leen, así que le tiene que gritar a John para confirmarlas, y se queja de sus rodillas mientras se agachan a cortar flores en el jardín. Me cae bastante bien. Incluso podria ver voluntariamente un programa de estilo de vida presentado por ella.
Para Tan, Meghan prepara lattes color lavanda-gris (“¿No suena simplemente chic?”) y después los éxitos simplemente continúan. Meghan tiene más bandejas de frutas (“Las uvas crean esa abundancia de la que hablaba”). Tiene una pasión por ser madre que era evidente incluso en su infancia, cuando gastaba su mesada en un bolso de pañales real para sus muñecas. Tiene anécdotas cariñosas sobre “H” (Él dijo “te amo” primero; ella arruinó un pollo asado en una de sus primeras citas por no convertir Fahrenheit a Celsius), Archie y Lilibet (ellos dicen “zebra” no “ceebra”), y aún no ofrece disculpas por llamar a la niña Lilibet. Tiene un kit express para prensar flores, o sea, usa el microondas en vez de 40 hojas de papel secante y paciencia, algo a lo que me opongo bastante. Usó la frase “meditación en movimiento” dos veces –que, si traduje correctamente del Fahrenheit californiano al Celsius británico, significa cualquier cosa que hagas sola en vez de pedir el divorcio. No es que haya ninguna sugerencia de que esos pensamientos crucen por su mente. Todo está bien en el mundo de Meghan.
Por cierto, todavía esparce flores sobre todo. No sé si es una elección o una compulsión, pero si te quedas quieto el tiempo suficiente en la cocina de Meghan (o no), es probable que te cubran de violetas y te sirvan junto a una taza de espuma gris para una nano-celebridad que empieza a darse cuenta de que no le pagaron lo suficiente.
Es tan aburrido, tan artificial, tan forzadamente pintoresco que, ¿sabes qué? Al final, sí se vuelve casi fascinante. Te encuentras preguntándote cosas que normalmente no pensarías, como, ¿qué me haría embarcarme en hacer macarrones veganos? ¿Qué parte de Meghan quiere salir corriendo hacia las colinas? ¿Qué tan emocionado podría ponerme por unos huevos pequeños de gallinas sedosas? ¿Y si me pagaran casi 100 millones de dólares para hacerlo, antes de que mi contrato original terminara?
Sobre todo, la pregunta real es, ¿qué crees que piensa Pippa Middleton de todo esto? Después de la paliza que recibió por un librito sobre planificación de fiestas, ¿crees que disfruta de las críticas que reciben los esfuerzos de Meghan o está harta de que no pudo conseguir su propia serie lucrativa? ¿O está ocupada tomando notas (“¿Una masa madre de sourdough? ¿Cinco años después de que todos tiraron la suya a la basura? ¡Anotado!”) y venerando a la potencia que esparce flores como a un dios? Tráiganme un latte lavanda-gris y respuestas, por favor.
*With Love, Meghan* ya está en Netflix.
