Paul Kirby
Editor digital para Europa
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François Bayrou está en el poder desde que el gobierno de su antecesor colapsó en diciembre pasado.
Los partidos de oposición franceses han dicho que no apoyarán al Primer Ministro François Bayrou después de que él convocó una moción de confianza el 8 de septiembre sobre sus planes de fuertes recortes presupuestarios.
Bayrou, quien ha liderado un gobierno en minoría desde diciembre pasado, convocó la votación el lunes, advirtiendo que Francia enfrentaba un "momento preocupante y por lo tanto decisivo". "Sí, es arriesgado, pero es aún más arriesgado no hacer nada", dijo, frente al creciente déficit presupuestario del país.
Desde la Agrupación Nacional en la derecha hasta los Socialistas, los Verdes y Francia Insumisa en la izquierda, los partidos de oposición se alinearon para decir que votarían en su contra.
Bayrou convocó la votación solo dos días antes de que se hayan convocado protestas en toda Francia para "bloquear todo".
El movimiento "Bloquons tout" (Bloquemos todo), que comenzó en las redes sociales pero desde entonces ha sido apoyado por los sindicatos y la extrema izquierda, surgió después de que Bayrou anunciara en julio planes de recortes de casi 44.000 millones de euros.
Al reaccionar a la noticia de la votación, el índice bursátil CAC-40 de Francia cayó un 1,59% el lunes y luego un 2% adicional el martes por la mañana.
El Ministro de Finanzas, Eric Lombard, dijo el martes que "colectivamente tenemos que encontrar una manera de preparar un presupuesto de recuperación para 2026".
El déficit presupuestario del año pasado alcanzó el 5,8% de la producción económica de Francia (PIB) y Bayrou dijo que el país estaba en peligro y que se le pediría al parlamento "que elija el camino que nos permita escapar de esta maldición [del endeudamiento]".
Bayrou fue nombrado primer ministro por el presidente Emmanuel Macron, después de que el gobierno de Michel Barnier colapsó en una moción de confianza sobre recortes de gasto el pasado diciembre.
Las perspectivas para Bayrou y su frágil gobierno parecen sombrías, porque no tienen suficiente apoyo en la Asamblea Nacional.
Los líderes del partido de extrema derecha Agrupación Nacional dejaron claro inmediatamente que no votarían por él. Su presidente, Jordan Bardella, dijo que Bayrou había declarado "el fin de su gobierno" y la líder Marine Le Pen dijo que solo disolver el parlamento permitiría a Francia elegir su destino.
Los Comunistas, Ecologistas y la radical izquierda de Francia Insumisa dijeron que votarían en contra del gobierno. Luego, el líder socialista Olivier Faure pareció sellar el destino de Bayrou cuando dijo al periódico Le Monde que "es impensable que los socialistas le den a François Bayrou un voto de confianza".
"No buscamos el caos con el objetivo de acelerar el calendario electoral", dijo Faure. "Es François Bayrou el culpable de la inestabilidad política al proponer un presupuesto que nadie apoya, ni siquiera su electorado."
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El movimiento "Bloquemos todo" se ha extendido por toda Francia.
A menos que Bayrou pueda cambiar sus mentes, sus posibilidades de supervivencia son bajas. El ministro de finanzas dijo que había margen para la negociación, pero fue muy firme en recortar el presupuesto en 44.000 millones de euros.
Los planes de Bayrou también incluyen eliminar dos de los días festivos nacionales de Francia, por lo que quizás haya algún margen para que el gobierno ceda en eso.
Sus colegas ministeriales, a quienes se avisó con poco tiempo sobre la decisión de Bayrou de convocar la moción de confianza para el 8 de septiembre, elogiaron su movimiento.
El Ministro de Justicia, Gérald Darmanin, dijo a la televisión francesa el martes que la movida del primer ministro era "extremadamente valiente… y muy democrática".
Si el gobierno finalmente colapsa, el presidente Macron se enfrenta a la elección de dejar a Bayrou como cabeza de un gobierno interino, nombrar a otro primer ministro o convocar nuevas elecciones.
Bayrou hizo su anuncio después de visitar al presidente durante sus vacaciones en el Fuerte de Brégançon, en el sur de Francia, por lo que Macron estaba completamente informado sobre los planes de su primer ministro.
El propio Macron se ha negado a dimitir, y su mandato debe continuar hasta 2027. Sin embargo, fue su decisión de convocar elecciones anticipadas en 2024 la que dejó a Francia con un gobierno en minoría formado por centristas y republicanos de derecha.