Un miembro de las Brigadas Forestales de la Comunidad de Madrid combate puntos calientes residuales durante los recientes incendios forestales. Las cuadrillas han reanudado una huelga indefinida por salarios, contratos y condiciones de seguridad.
Crédito: Juan Carlos L. Ruiz, Shutterstock
Las brigadas de incendios forestales de Madrid reanudarán una huelga de duración indefinida el lunes 25 de agosto, alegando que años de contratos temporales, salarios congelados y condiciones inseguras los han llevado al límite.
Los sindicatos exigen garantías firmes de cara a una reunión tripartita prevista para el jueves 28 entre el gobierno regional, la contratista estatal Tragsa y los representantes de los trabajadores.
Por qué los bomberos forestales de Madrid vuelven a la huelga
La medida de fuerza se convocó inicialmente el 15 de julio, y luego se pausó durante diez días mientras los incendios asolaban España. Al no haber habido avances significativos desde entonces, las cuadrillas afirman verse obligadas a reiniciar la acción. Se mantendrá una cobertura mínima del 80 por ciento para proteger a la población.
Lo más leído en Euro Weekly News
Los trabajadores describen un servicio sostenido mediante contrataciones estacionales y normativas obsoletas. Aproximadamente 500 especialistas (unos 350 en temporada baja) integran las unidades forestales de la Comunidad de Madrid, pero son empleados de Tragsa, una empresa estatal bajo la holding estatal SEPI. Sus quejas principales son conocidas:
- Salarios congelados desde 2010, sin reconocimiento por toxicidad, peligrosidad y penosidad en la línea de fuego.
- Planificación laboral precaria, con aproximadamente el 40% de la plantilla con contratos de cuatro meses.
- Bases y equipamiento deteriorados, “abandonados a su suerte durante dos décadas”, según el comité.
- Una exigencia de aplicar la Ley 5/2024 (aprobada el 8 de noviembre de 2024) en Madrid y de actualizar un convenio sectorial cuya última revisión fue en 2008.
“Seguiremos en huelga indefinidamente hasta que haya garantías claras y por escrito”, declaró el comité de empresa –compuesto por UGT, Firet y CGT– a los periodistas, señalando que Tragsa y Hacienda no asistieron a una convocatoria de reunión anterior el 18 de agosto.
Qué ofrecen Madrid y Tragsa – y por qué los sindicatos dicen que no es suficiente
Tras las conversaciones del viernes 22, la región anunció que renovaría el mandato de Tragsa para prevención, vigilancia y apoyo al Cuerpo de Bomberos de Madrid más allá de su expiración en diciembre. Un nuevo encargo, que comenzaría en 2026, aumentaría la financiación anual en 4 millones de euros hasta superar los 32 millones, y –crucialmente para los trabajadores– extendería los contratos a 12 meses al año.
La consejería regional de Medio Ambiente también planteó un atajo legal: permitir que la plantilla se adhiera al convenio colectivo nacional BRIF de Tragsa (recientemente publicado en el BOE) que cubre a las brigadas de refuerzo que trabajan para el Ministerio de Transición Ecológica. Los oficiales argumentan que es ‘perfectamente legal’ si la empresa y los representantes de los empleados lo firman, y que estandarizaría las condiciones para personas que realizan el mismo trabajo.
Los líderes sindicales rechazaron la idea de plano. ‘No es una opción’, insistieron, argumentando que el marco BRIF no se ajusta al servicio madrileño, y advirtiendo que añadiría incertidumbre jurídica, no la eliminaría.
También existe un embrollo sobre quién puede negociar qué. Tragsa alega no estar facultada para reescribir el acuerdo de prevención e incendios forestales a nivel sectorial de Madrid, que rige a estas cuadrillas. La región replica que tampoco puede negociar un convenio sectorial, ya que los bomberos son empleados de Tragsa, no funcionarios regionales. Un informe de la Dirección General de Trabajo compartido por el gobierno señala que Tragsa podría negociar su propio convenio de empresa, pero no el sectorial más amplio. En resumen: cada parte señala a la otra, mientras los trabajadores esperan.
Qué ocurre a continuación: el enfrentamiento del jueves – y qué significa sobre el terreno
Todas las miradas se vuelven hacia el jueves 28, cuando Tragsa, el gobierno regional y el comité están llamados a volver a la mesa. Los bomberos exigen una hoja de ruta por escrito: contratos anuales que comiencen antes de 2026, una actualización salarial que incorpore complementos de riesgo y penosidad, e inversión para adecuar bases y equipos. Sin eso, advierten, la huelga continúa.
Para los residentes, la reanudación de la huelga no debería significar torres de vigilancia vacías. La cobertura esencial se mantendrá alta y las unidades profesionales del Cuerpo de Bomberos de Madrid continuarán liderando la respuesta a los incendios forestales. Pero fuentes sindicales advierten que un conflicto prolongado arriesga a vaciar de experiencia el servicio de cara a los vientos de otoño y la ventana de quemas de primavera.
La política también se está calentando. Los oficiales regionales dicen que su paquete ha recibido elogios de varios ministros nacionales y subrayan que adherir a la plantilla al convenio nacional de Tragsa agilizaría las mejoras. Los sindicatos replican que la orografía y la carga de trabajo de Madrid son únicas y merecen una solución a medida, no copiada y pegada.
Lo que no está en discusión es la tendencia. Las temporadas impulsadas por el clima son más largas, calurosas y erráticas; a las mismas cuadrillas que cortan cortafuegos en agosto ahora se les pide que limpien daños por tormentas y estén listas para rescates por inundaciones repentinas en invierno. Por eso la plantilla afirma que el modelo de contratos cortos y salarios congelados pertenece al pasado.
A menos que el jueves arroje compromisos firmes – empleos de 12 meses, salarios actualizados, bases más seguras – los especialistas en incendios forestales de Madrid mantendrán la presión. Como dijo un bombero senior: “No podemos combatir incendios del siglo XXI con contratos del siglo XX”.
Manténgase conectado con Euro Weekly News para más noticias de Madrid
