Peritos forensales corroboran que el registro de asignación fue redactado por el organismo regulador.

Un nuevo informe del Tribunal Forense ha concluído que los controvertidos cuadernos en el corazón de la ‘Causa de los Cuadernos’ fueron escritos por un único autor, reforzando las afirmaciones sobre su autenticidad.

El examen, realizado por peritos de Gendarmería, determinó que los cuadernos —atribuidos al ex chofer de la Secretaría de Planificación Federal, Óscar Centeno, y que detallarían un vasto esquema de corrupción durante los gobiernos kirchneristas— corresponden efectivamente a su autoría.

No obstante, el informe también reconoció la existencia de deleciones y alteraciones cuya autoría no pudo establecerse.

Los hallazgos, basados en el análisis caligráfico llevado a cabo por la División de Documentología de la Gendarmería Nacional (“División de Documentos y Escritura”), se suman a dos estudios previos realizados por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Policía Federal.

Este último análisis de escritura se efectuó tanto sobre los originales —resguardados por los jueces en una caja robusta— como sobre las copias digitalizadas, de acuerdo con fuentes judiciales.

El estudio señaló la desaparición de uno de los cuadernos, el número cinco, así como borraduras y modificaciones en otro, cuya autoría resultó imposible de determinar.

Con todo, concluyó que existe “correspondencia entre los cuadernos originales identificados como 1, 2, 4, 6, 7 y 8, y sus respectivas copias digitales”.

Asimismo, los peritos atribuyeron la autoría a Centeno —testigo colaborante en la causa— sobre la base de la comparación con un corpus de escritura producido por el antiguo conductor ante el tribunal.

Instrumentos clave

Los informes serán considerados instrumentos clave en un juicio que iniciará el 6 de noviembre, en el que figurarán como principales imputados la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el ex ministro Julio De Vido y su ex secretario Roberto Baratta, junto a numerosos empresarios.

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En sus conclusiones, el jefe de calígrafos públicos de la Gendarmería Nacional, Nelson Víctor Vallejos, y Lilia Patricia Sendra Schamne, establecieron que los manuscritos en los cuadernos 1, 2, 4, 6, 7 y 8 “pertenecen a la misma escritura” que la de Centeno.

También aseguraron que las copias digitalizadas circuladas por el tribunal coinciden con los originales.

“Los manuscritos del Sr. Óscar Centeno fueron producidos de manera independiente y espontánea, con movimientos rápidos y ágiles, revelando características gráficas consistentes con su perfil escritural”, señaló el informe.

Pese a ello, los peritos observaron que un tercer cuaderno presenta adulteraciones cuya autoría resulta imposible de identificar. Los expertos informaron que las anotaciones fueron realizadas con distintas lapiceras en diferentes períodos.

“La dificultad de identificación obedece a la falta de espontaneidad en la escritura advertida, donde el impulso neuromotor se halla controlado por la voluntad”, indicaron los forenses respecto de los fragmentos de autoría no establecida.

Entre los fragmentos que no pudieron identificarse —por haber sido eliminados, escritos o modificados— figuran: “Ing. Ferreyra” (2 de diciembre de 2008), “Armando” (29 de agosto de 2013), “Armando” (10 de septiembre de 2013), “Alem 855” (25 de julio de 2013) y “Alem 855” (10 de septiembre de 2013); “Lirio blanco Villaflor -491 y Aime Paine”; “Santiago Altieri 1544406058”; “JMP, Lirio blanco Villa Piropo 450 Asfalto 25 DPto 03 Torre Boulevard Enrevesado Le Parc Pro Nave” y “3 AR Febrero 2750 Vicente”, entre otros.

Los expertos también señalaron la falta del cuaderno número cinco.

Los análisis forenses realizados por Gendarmería Nacional fueron ordenados por los jueces Fernando Canero, Enrique Méndez Signori y Germán Castelli del TOF (Tribunal Oral Federal) N° 7, donde el juicio se llevará a cabo en los próximos meses.

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Trasfondo

El caso ‘Cuadernos’ se centra en una presunta trama de cobro de coimas a cambio de la adjudicación de contratos de obra pública. La investigación debe su nombre a los cuadernos que supuestamente llevaba Centeno, chofer de Baratta en la Secretaría de Planificación Federal.

Según los fiscales, empresarios realizaban pagos ilegales a funcionarios públicos durante los gobiernos kirchneristas para acceder a contratos millonarios del Estado en proyectos de infraestructura. Los querellantes alegan que Fernández de Kirchner —presidenta entre 2007 y 2015— estuvo en el centro de este esquema ilícito.

La ex mandataria niega todas las acusaciones y sostiene que forman parte de una “persecución judicial y política” destinada a mancillar su reputación y encarcelarla.

Según se informa, los abogados defensores han cuestionado la autenticidad de los cuadernos y han solicitado que Centeno proporcione una “muestra de escritura” para cotejo.

Centeno habría escrito ocho cuadernos, registrando viajes y visitas a empresarios que mantenían tratos con el gobierno a cambio de sobornos.

Preocupado por su contenido, Centeno confió los cuadernos a un amigo, el ex conscripto Jorge Bacigalupo, quien finalmente los entregó al periodista de La Nación Diego Cabot.

Tras el arresto de varios exfuncionarios y empresarios, el caso ganó notoriedad y se expandió conforme varios imputados firmaron acuerdos de colaboración para testimoniar y evitar penas de prisión.

Pruebas anteriores

Otros dos exámenes forenses se realizaron previamente por orden del juez federal Marcelo Martínez de Giorgi, a raíz de las alteraciones denunciadas por los empresarios Armando Loson y Gerardo Ferreyra.

Las pericias fueron efectuadas por la División de Scopometría de la Policía Federal y por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA —el primero, un análisis caligráfico; el segundo, lingüístico—.

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La Policía Federal detectó diferencias entre los primeros cuadernos —que registraban viajes— y los últimos —que consignaban montos recaudados—. Identificaron los cuadernos 7 y 8 como portadores de enmiendas y deleciones, con una escritura más inclinada y agitada, sugerente de dictado. Asimismo, señalaron que presentaban rasgos coincidentes con la escritura del ex conscripto vinculado a Centeno, Jorge Bacigalupo.

Los análisis forenses de la UBA también sostuvieron que existen diferencias entre los cuadernos iniciales (2008-2009) y los posteriores (2013-2015) que no permiten atribuirlos a un mismo “perfil de autor”.

En ese sentido, el experto en filología concluyó que “existe una diversificación de vocabulario y sintaxis, con uso de estructuras anómalas e incompletas. Ello podría deberse a interferencia, contaminación o a la intervención de hablantes que no corresponden al perfil del escritor”, y que “los fenómenos de deletreo y escritura revelan diferencias sustanciales”.

Sobre la base de esas pruebas, el juez Martínez de Giorgi procesó a Bacigalupo por las adiciones y cambios en los cuadernos 4 y 7, aunque la Cámara Federal de Apelaciones revocó luego esa decisión y lo sobreseyó.

– tiempos/na/perfil