La famosa localidad mallorquina colapsada por los llamados “turistas del sándwich”

El pintoresco pueblo de Valldemossa, de postal, se convirtió el martes en una trampa para turistas cuando millares de visitantes abandonaron las playas y colapsaron la Serra de Tramuntana. Con nubes encapotando Mallorca, las calles de este foco montañoso se vieron absolutamente colapsadas por coches de alquiler, lo que dejó a los lugareños furibundos.

Las colas se extendían hasta tres kilómetros en la carretera desde Palma, con conductores frustrados avanzando a paso de tortuga hacia el pueblo. Aparcar resultó ser prácticamente imposible, y la gentíe se apiñaba en los parquímetros con tal de asegurarse una plaza. La noticia del caos se propagó como la pólvora por WhatsApp y las redes sociales, advirtiendo a los residentes que se mantuvieran al margen.

Una vez dentro de Valldemossa, los turistas abarrotaban las callejuelas, pero, extrañamente, no así los restaurantes. A la hora del almuerzo, muchos bares y cafeterías permanecían vacíos, ya que los visitantes optaron por hacer cola fuera de las panaderías para adquirir sándwiches y pasteles baratos.

Los residentes se quejaron de que la aglomeración ha convertido su hogar en una zona intransitable, con el tráfico paralizado y las aceras desbordadas de turismos desorientados. Un vecino tildó la situación de “una pesadilla agosto que nos vemos obligados a sufrir todos los años”.

Lo que debería haber sido un martes nublado y tranquilo terminó en frustración, humos y el claxon constante, mientras Valldemossa sucumbía, una vez más, al peso de las multitudes estivales de Mallorca.

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