Alemania dividida por el servicio militar

Mientras Alemania busca reforzar sus fuerzas armadas para cumplir con los requisitos de la OTAN, un debate sobre el futuro del servicio militar ha revelado divisiones dentro del gobierno de coalición del canciller Friedrich Merz. Merz, representante de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de centroderecha, ha establecido metas ambiciosas para convertir a la Bundeswehr en el ejército convencional más fuerte de Europa. Sin embargo, los efectivos actuales, de 183.000 soldados, no alcanzan los objetivos de la OTAN, que exige a Alemania incorporar aproximadamente 60.000 efectivos más.

La coalición, que incluye también a la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) y al Partido Socialdemócrata (SPD) de centroizquierda, coincide en la necesidad de expansión, pero discrepa en el método. El ministro de Defensa, Boris Pistorius (SPD), ha presentado un proyecto de ley para hacer más atractivo el servicio militar voluntario, sin reinstaurar el reclutamiento obligatorio suspendido en 2011. La ley propone salarios más altos, programas de formación mejorados —que incluyen operación de drones y cursos de idiomas— y beneficios como licencias de conducir, con un servicio mínimo de seis meses. Pistorius calcula que esta estrategia podría atraer entre 25.000 y 30.000 reclutas al año.

No obstante, diputados de la CDU y la CSU se muestran escépticos. Norbert Röttgen, vicepresidente del grupo parlamentario CDU/CSU, criticó el proyecto por carecer de objetivos concretos y plazos para cumplir con las metas de la OTAN. Desde la derecha también se argumenta que el servicio voluntario podría no ser suficiente en el actual contexto de tensión geopolítica. El borrador incluye evaluaciones médicas obligatorias para todos los varones de 18 años, una medida que algunos interpretan como un paso hacia la reintroducción del servicio militar obligatorio.

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La ley permite al gobierno reactivar el reclutamiento obligatorio con aprobación del Bundestag si el número de voluntarios es insuficiente, aunque líderes del SPD insisten en que no habrá negociaciones antes de 2029. La polémica refleja tensiones más amplias entre la preparación militar y las políticas sociales progresistas en Alemania, en un escenario de incertidumbre geopolítica creciente que pone en duda los limites del voluntariado y la responsabilidad cívica.