A pesar de ser declarado como Grupo Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT) en 2019, el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA) sorprendentemente evitó ser etiquetado como Organización Terrorista Extranjera (FTO) hasta ahora. Sin embargo, el repentino interés del Departamento de Estado de EE.UU. en el grupo rebelde, especialmente en su filial Brigada Majeed, ha causado sospechas y despertado curiosidad sobre posibles motivaciones.
Este desarrollo ocurre poco después de que el presidente estadounidense Donald Trump anunciara sus planes de explotar "grandes reservas de petróleo" con Pakistán. El anuncio generó una respuesta del líder baluchi Mir Yar Baloch, quien afirmó que las reservas de petróleo, gas natural, cobre, litio, uranio y tierras raras no están en el territorio real de Pakistán, sino que pertenecen a la "República de Baluchistán". Baloch escribió una carta abierta a Trump advirtiéndole que el jefe del ejército, Asim Munir, lo había engañado sobre las "enormes reservas de petróleo".
Las visitas a Pakistán de Gentry Beach, un amigo cercano de Donald Trump Jr., también han generado curiosidad, ya que se habla de posibles acuerdos millonarios en exploración de minerales, petróleo, gas y bienes raíces. Un reciente trato entre Pakistán y World Liberty Financial (WLF), una empresa de criptomonedas en la que la familia Trump tiene el 60%, ha aumentado las especulaciones.
Aunque sus orígenes se remontan a los años 70, la Brigada Majeed era poco conocida hasta hace una década. Está formada por fedayines (atacantes suicidas) que luchan contra la colaboración Pakistán-China en su lucha por la independencia. "Fue en los 70 cuando Abdul Majeed Baloch intentó asesinar sin éxito a Zulfikar Ali Bhutto, el ex primer ministro pakistaní que disolvió el gobierno del Partido Nacional Awami en Baluchistán", recordó una fuenta.
Sin embargo, fue entre 2010 y 2011 cuando la brigada se formó oficialmente en honor a Abdul Majeed. Desde entonces, ha llevado a cabo numerosos ataques suicidas contra fuerzas de seguridad pakistaníes y ciudadanos chinos que trabajan en proyectos del Corredor Económico China-Pakistán en Baluchistán y Sindh. Los ataques se han intensificado desde 2018. Su golpe más mortal fue contra el Jaffar Express, donde el BLA afirmó haber eliminado a 214 militares pakistaníes.