Ciudadanos estadounidenses buscan refugio en una España "libre y segura" para escapar de la "toma autoritaria" de Trump

ESPAÑA se ha convertido en un refugio para ciudadanos estadounidenses que buscan escapar de la “toma autoritaria” del presidente Trump.

Muchas familias que ahora residen en España no tienen intención de volver a EE.UU., llegando algunas a calificar su país como una “fuente de vergüenza”.

—Cuando Trump ganó, supe que debíamos huir. Familiares y amigos creyeron que exagerábamos. Ahora me piden consejo. La historia nos enseña que los primeros en irse parecen locos, pero los últimos no lo logran —declaró Benjamin Gorman a *El País*.

Gorman, escritor y profesor estadounidense, vive ahora en un piso del Barrio Gótico de Barcelona con su pareja, su hijo y cinco mascotas.

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La familia recibió amenazas de muerte por parte de seguidores de Trump, molestos por cómo Gorman enseñaba historia de EE.UU. Además, su hijo Frankie, quien es transgénero y no binario, habría visto su pasaporte anulado de haberse demorado en abandonar el país.

Otra familia, la de Chris Kelly, californiana, y su hija mestiza de 17 años, decidió marcharse después de que la joven expresara notar “mucho racismo”.

Kelly relató que su hija le dijo que “si Trump volvía a ganar, no querría seguir allí”. Como España permitió obtener visas más rápido que Portugal, su otra opción, la familia dejó San Diego y ahora reside en el distrito del Eixample.

—No volveremos a EE.UU. El país está profundamente dividido, y eso no se solucionará con un nuevo presidente. El daño de Trump durará al menos una generación —afirmó Kelly a *El País*.

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Leia Anderson, madre transgénero y no binaria de dos hijos, aseguró que el gobierno de Trump “ha dejado claro que no quiere que existamos. La retórica antitrans es tan violenta que ya no me siento segura”.

Junto a su pareja, Nathan, y sus hijos de seis y diez años, Anderson planea mudarse a Barcelona en octubre, destacando que la ciudad ha sido “muy acogedora”.

Contrataron un abogado de inmigración para gestionar sus visados. —Vamos a Barcelona con la idea de quedarnos. Queremos un lugar seguro para nuestra familia —dijo Anderson.

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