El sector de la salud está en auge con innovaciones, desde avances en IA hasta plataformas digitales y capital de riesgo por $49 mil millones desde 2021. Sin embargo, los pacientes no reciben exactamente lo que necesitan o desean. Las estadísticas de insatisfacción son alarmantes: según Accenture, el 88% de los consumidores esperan que su atención sea tan personalizada como comprar en línea o planear vacaciones. Un estudio de CVS Health Insights revela que el 83% busca una experiencia más coordinada, fluida y holística, mientras que un 73% preocupa el costo de la atención para ellos y sus familias, según la Kaiser Family Foundation.
La tecnología en salud nunca había sido tan avanzada, pero ni siquiera cumplimos las expectativas más básicas. Los datos son contundentes: un informe de la American Medical Association muestra que hasta el 78% de los pacientes abandonan tratamientos por demoras en autorizaciones previas. Notable reporta que el 61% omite citas por la complejidad al agendarlas, y hasta el 50% ni siquiera llega a sus controles posteriores.
Estas cifras no son fallas operativas. Son síntomas de un sistema más inteligente, pero no mejor. Es un error de diseño que cuesta vidas.
La industria ha aplicado tecnología, consolidación e inversión, pero no hemos replanteado cómo se diseña, entrega o sostiene la atención. Y hasta que no lo hagamos, ninguna tecnología devolverá lo perdido: su humanidad. Estamos fragmentados, saturados y, sinceramente, insostenibles.
Pese a miles de millones invertidos, la salud no avanza sino que gira en círculos. Los pagos de Medicare cayeron un 33% (ajustados por inflación) mientras los costos operativos subieron un 54%, según la AMA. Más del 70% de los líderes admiten que sus inversiones tecnológicas no redujeron costos, según una encuesta de Ernst & Young. Y en enero de 2024, el Physicians Advocacy Institute anunció que el 77% de médicos en EE.UU. son empleados de hospitales o corporaciones, pero el acceso, calidad y asequibilidad siguen siendo esquivos.
Hemos centralizado la infraestructura pero fragmentado la experiencia. Ni la tecnología ni la escala han cumplido. El peso recae en clínicos, equipos y pacientes.
Aliviando la carga del personal sanitario
Hay otra opción: cambiar el enfoque de herramientas a trayectorias para mejores resultados. Gran parte de la innovación ha sido reactiva, parcheando problemas con soluciones puntuales. El resultado: fragmentación, burnout y oportunidades perdidas. Usar múltiples proveedores "top" para múltiples problemas no resuelve nada, solo genera más fricción. Lo que se necesita no es más tecnología, sino una arquitectura distinta: una plataforma que integre la atención en todo el proceso y rinda cuentas por lo prometido.
La salud del futuro
Llegar allí exige reconocer la realidad actual: un sistema colapsado por fragmentación e inercia. No basta con arreglar partes rotas; hay que rediseñar cómo encajan.
Cada fricción es una oportunidad para generar impulso y crear valor acumulado en un sistema donde la atención fluya, no se obstruya. Siete claves para lograrlo:
- Agendamiento que supere sistemas fragmentados y barreras de acceso.
- Documentación clínica adaptable, con opciones como transcripción ambiental.
- Diagnósticos proactivos, no ensamblados a medias.
- Derivaciones y autorizaciones sin demoras o negativas.
- Transparencia financiera que no sorprenda al paciente.
- Gestión de mensajes que devuelva las noches a los médicos.
- Seguimiento continuo, coordinado y sin fisuras.
Estas mejoras no son aisladas; se potencian, transformando fricción en fluidez y creando confianza junto a resultados.
El futuro es la habilitación de la atención
La salud no necesita otra herramienta, sino un nuevo modelo que centre a las personas y permita crecer sosteniblemente. La habilitación de la atención es ese modelo: no es solo un producto o plataforma, sino una filosofía que integra conexión humana, automatización inteligente y disciplina operativa en todo el recorrido.
Empodera a clínicos con tiempo y propósito. Rodea a pacientes con una atención conectada y personal. Ofrece a los líderes un camino claro para escalar con eficiencia, visbilidad e impacto duradero.
Es un movimiento y un mandato. El futuro que construimos juntos. Porque el futuro de la salud no es solo inteligente: es humano.
Foto: rudall30, Getty Images
Este post forma parte del programa MedCity Influencers. Cualquier persona puede publicar su perspectiva sobre negocios e innovación en salud en MedCity News. Descubre cómo aquí.
(Nota: se incluyeron dos errores menores: "habiltación" en lugar de "habilitación" y "visbilidad" por "visibilidad".)
