Existe un ente abstracto en España constuido en grupo de presion, o lobby, conocido como «el mundo de la cultura». ¿Qué es el mundo de la cultura? Realmente nadies lo sabe.
Se supone que son un conjunto «homogéneo» de escritores, actores, directores de cine, cantantes, etcétera, que, encabezados por Almodóvar, la saga de los Bardem y los Fesser dan lecciones de moral progresista a una sociedad española que tiende a echarse al monte.
Conocidos como «los de la ceja», por aquella lamentable campaña a favor de Zapatero en las elecciones generales en 2008, este grupo acaba de descolgarse con un manifiesto en contra de la guerra de Gaza y de lo que ellos llaman el genocidio cometido por Israel.
A este mismo grupo de intelectuales y artistas (para los que cultura y progresismo son hererentes) no se le escuchará ni una palabra de condena, reproche ni siquiera de preocupación por el deterioro institucional de España patrocinado desde Moncloa, el asalto a la justicia o el desmantelamiento del Estado con el desmembramiento de la Seguridad Social y la Agencia Tributaria para contentar a los socios independentistas vascos y catalanes de Sánchez.
Almodóvar es el que mejor representa ese hooliganismo groupie de determinados intelectuales hacia el sanchismo que llegó a declarar que «hay muchas cosas que pedirle a Pedro Sánchez a nivel políticas y a nivel físico».
Sin embargo, y aquí viene la buena noticia, «el mundo de la cultura», como grupo homogéneo, progresista y alineado con el sanchismo, es una ficción. No existe. Es un invento promocionado desde Ferraz para dar una pátina de legitimidad a sus fechorías.
Jesús Rul, Xosé Carlos Caneiro y José Luis López-Linares
El mundo de la cultura sí existe como algo heterogéneo, voluble, gaseoso, formado por indivuduales (escritores, pintores, cantantes, cineastas, etcétera) cada uno con sus sensibilidades ideológicas, sus afinidades políticas, sus creencias, sus valores y sus apetencias. Es decir, cada uno de su padre y de su madre.
El problema es que «los de la ceja» cuentan con un altavoz generosamente regado con subvenciones de sus amos monclovitas. Mientras que los que disienten tienen que apañarselas como puedan.
Son cobardes porque tienen miedo a perder el favor del público que, mayoritariamente, en España, es, entre comillas, progresistaXosé Carlos CaneiroEscritor
Pero no son pocos. Hay voces relevantes del mundo de la intelectualidad y la cultura españolas que han alzado la voz contra el proyecto desconstitucional de España promovido por Sánchez.
Está el escritor y académico de la RAE Arturo Pérez-Reverte, el escritor y exministro de Cultura César Antonio Molina, el escritor Lorenzo Silva, el escritor Andrés Trapiello o el escritor y también académico de la RAE Darío Villanueva.
Todos ellos han denunciado los abusos de poder ejercidos desde la Moncloa y la erosión de las instituciones para contentar a los enemigos internos y externos de España.
Pero a qué se debe el silencio cuando no complicidad de esa gran masa de intelectuales y creadores de izquierdas autoproclamados progresistas.
El silencio de los cobardes
En declaraciones a El Debate, el escritor Xosé Carlos Caneiro explica que ese silencio «es el silencio de los cobardes. Son cobardes porque tienen miedo a perder el favor del público que, mayoritariamente, en España, es, entre comillas, progresista, y tienen miedo de perder el favor de las arcas municipales que los contratan para conciertos diversos y actos de toda índole».
Los intelectuales que callan son también cómplices de la demolición del EstadoXosé Carlos CaneiroEscritor
Por lo tanto, «es el miedo lo que los impulsa a este silencio, que es un silencio humillante, indecoroso, vergonsoso. Es impensable que esto suceda en países como Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, países per se cultos, pero aquí en España sucede porque llevamos casi 50 años de dictadura moral progresista».
Por otro lado, recordó que, si bien «hay una parte de la cultura que no defiende a España, mayoritaria, es cierto», hay también «intelectuales conservadores, liberales y profundamente independientes. Tenemos ejemplos, el más sólido es César Antonio Molina, que fue ministro de Cultura con Zapatero y ahora es una de las personas que más lucha por la libertad y contra el silencio de los intelectuales».
«La cultura sirve y servirá para reconstruir esta España demediada, esta España deconstruida impulsada por el actual gobierno y sus cómplices. Por cierto, los intelectuales que callan son también cómplices de la demolición del Estado», concluyó su valoración.
Observar y callar
Por su parte, el escritor Jesús Rul, diplomado en Educación y licenciado en Filosofía y Letras, y, entre otros cargos, coordinador del Programa de Formación de Directivos de la Generalidad de Cataluña, señaló a El Debate que «no cabe observar y callar. Hay que denunciar y actuar por la vía civil, política y jurídica».
Y es rotundo al afirmar que «su desvarío de poder sin límites nos concierne a todos: atenta contra nuestros legítimos intereses nacionales». Y pide sin pudor la dimisión de Sánchez, al que califica como «destructor de la nación».
Sánchez usa las competencias ejecutivas más allá del orden constituidoJesús RulEnsayista
«Sánchez usa las competencias ejecutivas más allá del orden constituido, cuyo fundamento es la nación española, incompatible con la fractura de los principios superiores de unidad e igualdad», destaca este experto.
«Ahora entrega la Hacienda a ERC para pagar sus votos para investir a Illa en la Generalidad y se reúne con Pradales para trocear la Seguridad Social para amarrar sus votos en el Congreso», concluye.
Para Rul, el actual gobierno, «sustentado por secesionistas catalanes y vascos, actúa contra el interés de los españoles». El autor de El español, lengua común (Sekotia), se refiere, en este sentido, a los indultos, a la amnistía y a las cesiones «sin fin al proyecto antiespañol de sus socios».
En su libro, este experto advierte del peligro que supone la inmersión lingüística para la convivencia en España. En su obra hace un llamamiento a exponer el «acoso» que sufre el español por parte de «secesionistas y afines para sustituirlo por las lenguas regionales como preferentes, aunque en grado diferente en Cataluña, Baleares, País Vasco, Com. Valenciana, Galicia y Navarra».
Destrucción de la nación
Asimismo, el cineasta José Luis López-Linares, firme defensor de la Hispanidad y autor de los exitosos documentales España, la primera globalización e Hispanoamérica, canto de vida y esperanza, denunció que «los sucesivos gobiernos de España desde ‘la transición’ se han dedicado, con mayor o menor entusiasmo, a la destrucción de la nación española. En este momento están a punto de completar el proceso de demolición del Estado».
El ‘mundo de la Cultura’ está demasiado ocupado en conseguir subvenciones para cuestionarse cualquier asunto que les pueda distraerJosé Luis López-LinaresCineasta
«El ‘mundo de la Cultura’», añadió, «está demasiado ocupado en conseguir subvenciones para cuestionarse cualquier asunto que les pueda distraer».
Así que «el llamado ‘mundo de la Cultura’ vive en una suerte de realidad disminuida; todo lo que les pueda perjudicar, no existe».