El presidente de Camerún, el más longevo del mundo, probablemente enfrentará un desafío electoral de sus aliados cercanos

YAUNDÉ, Camerún (AP) — El presidente de Camerún, Paul Biya, quien lleva mucho tiempo en el poder, se prepara para un posible desafío electoral de dos de sus aliados más cercanos. Ambos renunciaron a su gobierno y anunciaron su candidatura para las elecciones de octubre.

Bello Bouba Maigari, ministro de turismo, dejó el gobierno esta semana después de que Issa Tchiroma Bakary, ministro de empleo, renunciara la semana pasada. Los dos se presentan como los candidatos ideales para suceder a Biya.

Biya, de 92 años, gobierna desde 1982, casi la mitad de su vida, siendo el segundo presidente del país desde la independencia de Francia en 1960.

El presidente más anciano del mundo y el segundo con más tiempo en el poder en África, Biya no ha confirmado si buscará otro mandato, aunque ha insinuado que aceptaría la petición de su partido para postularse nuevamente.

Frecuentemente enfermo y en el extranjero, el año pasado circuló un rumor de su muerte, lo que obligó al gobierno a desmentirlo públicamente.

En 2018, ganó con más del 70% de los votos en unas elecciones marcadas por irregularidades y baja participación debido a la violencia separatista y yihadista.

Sin embargo, estas elecciones podrían ser un punto de inflexión para un país que solo ha tenido dos presidentes: uno del sur cristiano y otro del norte musulmán.

Sus exaliados, ahora rivales, son del norte, mientras que Biya es del sur y tendría 99 años al finalizar un nuevo mandato.

Los partidarios de los disidentes afirman que representan una nueva era y cuestionan la capacidad del anciano presidente para gobernar.

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“Firmamos una alianza con él cuando estaba en plenas facultades. Hoy, no sabemos en qué estado se encuentra”, dijo Maidadi Dadou, secretario de comunicación del partido de Maigari, a la AP.

Los más de 40 años de Biya en el poder han dejado huella: la violencia separatista en las zonas anglófonas ha dejado a miles sin educación, y el extremismo ha llegado desde Nigeria. Además, su gobierno enfrenta acusaciones de corrupción.

En una región donde el espacio democrático se reduce, otros países africanos también tienen presidentes acusados de perpetuarse en el poder. Por ejemplo, el ugandés Yoweri Museveni busca un séptimo mandato, acercándose a cinco décadas en el poder.