En la era digital, hemos entregado nuestras vidas a las redes sociales. Si no está publicado en línea, ¿realmente pasó?
Quizás esta mentalidad es la que tienta a los pacientes a grabar consultas y procedimientos médicos.
Actualmente, no hay una postura unánime en los hospitales del Reino Unido, y las restricciones sobre grabar varían mucho.
Aunque los pacientes tienen derecho a documentar su tratamiento, con consentimiento, hay una moda creciente de grabar en hospitales sin pedir permiso.
La Sociedad de Radiógrafos advirtió que los videos subidos a redes sociales causan “malestar” entre los profesionales de la salud.
Esto pasó después de un incidente en el sur de Inglaterra, donde un familiar grabó la inserción de una cánula porque le pareció “divertido para redes”.
Se grabó sin consentimiento de los médicos y, en vez de entretenimiento, distrajo la atención del cuidado del paciente.
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Los hospitales tratan a cientos de pacientes, así que grabar sin permiso puede captar información sensible fácilmente.
Cuando los pacientes graban contenido médico solo por diversión, surge la duda: ¿es ético?
En los hospitales, las personas están muy vulnerables y se espera que los trabajadores protejan su dignidad y privacidad.
Subir contenido sin consentimiento va contra esto y muestra por qué grabar en hospitales es cuestionable.
Para no dañar la confianza entre pacientes y médicos, siempre hay que pedir permiso antes de grabar.
