El Ayuntamiento de Mijas ha informado sobre las medidas tomadas recientemente por la policía local tras recibir un aviso sobre la ocupación ilegal de una vivienda en el barrio de El Faro.
En un comunicado se explicó que agentes de paisano acudieron de inmediato a la propiedad tras una llamada urgente de la dueña, quién alertó de la presencia de intrusos en su hogar. Gracias a la rápida intervención de los oficiales, los okupas abandonaron la casa voluntariamente, sin necesidad de recurrir a la fuerza y garantizando la seguridad de todos en todo momento. Sin embargo, el problema de fondo persiste.
Aunque los vecinos celebran la rápida actuación y el éxito de las autoridades en proteger la propiedad, este incidente es un crudo recordatorio de la situación que muchos enfrentan en estas fechas.
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Los alquileres superan los salarios, dejando a trabajadores en la calle
En la última década, los precios de alquiler en la Costa del Sol se han disparado, superando con creces el lento crecimiento de los salarios medios y agravando una crisis de accesibilidad. Según un informe del 2024, el alquiler promedio de un piso de 80m² en Estepona aumentó un 190%, pasando de €446 a €1.297 mensuales desde 2014. En Málaga capital, los precios subieron un 13,2% interanual hasta septiembre del 2024, alcanzando €14,50 por m², con zonas lujosas como Benahavís y Marbella en €17,90 y €17,80 respectivamente. Los alquileres vacacionales se duplicaron, con precios semanales promedio de €1.183, un 128% más que en 2014.
Mientras, los salarios en España se han quedado rezagados. En diez años, apenas han crecido un 20%, con un sueldo neto medio de €1.700 al mes en 2024. El SMI (€1.134) apenas cubre la inflación, forzando a muchos a destinar casi el 50% de sus ingresos a vivienda. La brecha es aún más grave en Málaga, donde la subida anual del 10,1% en el mercado de alquiler supera ampliamente el aumento salarial, expulsando a trabajadores y generando desahucios.
Todos los grandes municipios de la Costa del Sol han anunciado proyectos de vivienda social asequible para 2025, pero poco consuelo supone para quienes necesitan un techo ahora, algunos con niños a cuestas.