SAO PAULO (AP) — El gobierno de Brasil firmó este jueves un acuerdo histórico donde asume la responsabilidad por la muerte de Vladimir Herzog, un periodista prominente y preso político durante la dictadura militar, quién falsamente dijeron que se había suicidado hace 50 años estando detenido.
La familia de Herzog celebró el reconocimiento oficial, que incluye una compensación económica por parte del Estado.
“Esta disculpa no es sólo simbólica,” dijo Ivo Herzog, hijo del periodista, desde el Instituto Vladimir Herzog en Sao Paulo. “Es un acto del Estado que nos hace creer que el Brasil de hoy no piensa como el de aquella época.”
Según el acuerdo, el gobierno pagará casi 3 millones de reales (unos $544,800) a la familia Herzog por daños morales. También incluye pagos retroactivos de una pensión mensual para la viuda, Clarice Herzog, por una orden judicial anterior.
Junto con Rubens Paiva —cuya historia fue retratada en la película ganadora del Oscar “I’m Still Here”— el caso de Herzog se convirtió en símbolo de la lucha por justicia para las víctimas de la dictadura militar que gobernó Brasil de 1964 a 1985. Según cifras oficiales, hubo 434 muertos y desaparecidos.
Herzog, conocido como Vlado, era un periodista judío nacido en 1937 en Osijek, una ciudad yugoslava que ahora es parte de Croacia. Su familia escapó de la ocupación nazi en 1941 y se estableció en Brasil.
Era director de noticias de TV Cultura cuando, en octubre de 1975, agentes de inteligencia lo llamaron a declarar por sospechas de vínculos con el Partido Comunista, algo que él negó. Herzog entró a la sede de inteligencia en Sao Paulo y nunca salió.
El ejército brasileño dijo que se había ahorcado con un cinturón. Publicaron una foto de su cuerpo que luego se demostró fue montada.
Jorge Messias, asesor jurídico del gobierno, elogió el acuerdo como muestra del compromiso de Brasil con la democracia.
“Hoy vemos algo sin precedentes: el Estado brasileño honrando formalmente la memoria de Vladimir Herzog,” dijo.
Messias destacó la importancia del acuerdo en este momento de tensión para la democracia, mientras militares acusados de planear un golpe para mantener a Bolsonaro en el poder enfrentan un juicio histórico.
“En 2022, estábamos en una encrucijada: reafirmar la democracia o volver a los horrores que vivimos por 21 años,” añadió.
Ivo Herzog dijo que el acuerdo cierra un capítulo doloroso en su lucha por justicia. En 1978, un tribunal ordenó investigar la muerte de su padre, aún bajo dictadura.
En 2018, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró a Brasil culpable de crímenes de lesa humanidad y evitó que el caso prescribiera. La sentencia obligó al Estado a reconocer y disculparse, algo que no hizo hasta ahora.
“Esta no fue sólo la lucha de la familia Herzog, sino de todas las familias de los asesinados y desaparecidos,” dijo Ivo.
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